miércoles, 24 de febrero de 2016

EL GOLPE DE ESTADO DEL ÍBEX 35



 Antonio Aramayona

23-F. ¡Qué recuerdos! Ruidos de sables continuos, la ciudadanía harta y acojonada cada fin de semana con el enésimo amago de golpe o de asonada militar. Hoy el golpe de Estado no es de gente uniformada y armada, sino de personas bien vestidas y acicaladas desde sus despachos bancarios y del Íbex 35. Son quienes nos tienen del cuello y de los cataplines con sus beneficios, su explotación dentro y sobre todo fuera del país, sus cambalaches financieros fuera de todo control, sus “reformas estructurales” que están demoliendo nuestros derechos y libertades.
En España consiguieron la reforma del artículo 135 de la Constitución, que nos ha condenado a ser cada día más pobres, al primar el pago de la deuda sobre el gasto social (vivienda, sanidad, educación, pensiones, dependencia…). La mayor parte de los partidos políticos en el Congreso sucumbieron obedientemente ante sus condiciones draconianas, pensando y creyendo que les tocaría, a pesar de los pesares, un suculento trozo de la aún subsistente tarta a repartir entre los lacayos gestores/gobernantes.
Lo que muy pocos saben es que ahora estamos en unas mazmorras todavía más lóbregas y profundas. El 2 de febrero de 2013 España publicó en el BOE el Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza en la Unión Económica y Monetaria (Pacto Fiscal Europeo), firmado el 2 de marzo de 2012 con otros 25 Estados miembros de la UE, todos, salvo Gran Bretaña y la República Checa. Contiene un conjunto de reglas, llamadas “reglas de oro”, que son vinculantes en la UE para el principio de equilibrio presupuestario.  Los principales puntos contenidos en los 16 artículos del tratado son (cfr. Wikipedia):
1) Un compromiso de contar con un déficit estructural que no debe superar el 0,5% de la PIB y, en aquellos países en los que la deuda es inferior al 60% del PIB, 1%;
2) La obligación de los países con una deuda pública superior al 60% del PIB a caer dentro de este límite en 20 años, a una tasa igual a la vigésima parte de la franquicia de cada anualidad;
3) La obligación de que cada Estado para asegurar el ajuste automático de las fechas de vencimiento cuando no es capaz de alcanzar las metas fiscales se acuerde lo contrario;
4) Un compromiso de poner las nuevas reglas en la constitución o en otras partes de la legislación nacional, lo cual será verificado por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea;
5) La obligación de mantener el déficit público por debajo del 3% siempre del PIB, como lo exige el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, de lo contrario dará lugar a las sanciones semiautomáticas;
6) Un compromiso de mantener al menos dos cumbres/año reuniendo a los 17 líderes de los países que han adoptado el euro.
En resumidas cuentas, El Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza establece una disciplina fiscal reforzada y una vigilancia más estricta dentro de la zona del euro, que se articula mediante la introducción de la conocida como "regla de oro", que limita el déficit estructural anual (sin incluir para su cálculo los gastos e ingresos que tengan carácter cíclico) al 0,5% del Producto Interior Bruto de los Estados miembros.
Además, los estados comunitarios pueden solicitar, con independencia de los análisis del ejecutivo comunitario, sanciones financieras (hasta el 0,1% del PIB) al Tribunal de Justicia para aquellos estados que no trasladen correctamente el techo de gasto a su normativa nacional.
El golpe de Estado real hoy se resume en dos pilares distintos (reforma del 135 y el Tratado del Pacto Fiscal Europeo) y un solo pilar verdadero: el principio de equilibrio presupuestario.
Y lo peor es que la mayor parte de mi pueblo y del mundo no conoce siquiera la existencia de sus cadenas, del Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza en la Unión Económica y Monetaria. ¿Acaso hay un golpe de Estado más eficaz y contundente?

DdA, XII/3222

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