jueves, 4 de febrero de 2016

MEMORIAS DE UN CAMPESINO POLACO

 Foto de Nacho González.
(Treblinka 1942)

Ignacio González

Puede que la barbarie haya ocurrido.
Sucede que alguien muere
y deja de sembrar campos de rosas,
que unas manos cautivas
hurgan en los resquicios de la duda,
que alguien pasa detrás de la alambrada
con el gesto aterido
y en el pecho se agolpan
trenes que se detienen en mitad de la noche
en la estación vacía.
Por los campos de girasoles ciegos
la luciérnaga alumbra los crímenes del día.

“Cantó el ave tres veces,
tres veces aulló el hombre su dolor
mientras la tierra,
lentamente adensaba las cenizas del odio
y contemplé el arado abrir surcos de llanto
que hoy me llaman de antiguo
por los largos abismos del recuerdo”.

Sólo un anciano levantó los ojos:
“Todos nosotros sabemos lo que ocurre
¿y no decimos nada?
La hora del silencio
también nos compromete y hace cómplices”.


DdA, XII/3204

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