"Por una convicencia cortés en un ambiente limpio y para que la Villa recobre la
limpieza y el decoro que siempre tuvo y que siempre se le ha reconocido", decía Tierno Galvan en su bando de 1979.
Lazarillo
Acabo de escuchar el vídeo de la alcaldesa de Madrid para que los ciudadanos madrileños se esmeren en mantener limpia su ciudad y corrijan su menosprecio de lo público que tanto caracteriza a los ciudadanos en general. En el mismo nos dice Manuela Carmena que cada día se recoge en la capital de España medio millón de colillas. También se alude al problema de los excrementos de los perros. La alcaldesa alude al primer bando del alcalde Tierno Galván, que el 31 de julio de 1979 quiso que la limpieza de la ciudad fuera uno de los rasgos distintivos del primer ayuntamiento democrático de Madrid. Nadie se imaginaba entonces que el régimen político en transición recién inaugurado iba a encontrarse casi cuarenta años después hasta tal punto afectado por la corrupción política. Celebro la buena disposición de Manuela Carmena y ojalá su bando sirva de algo, pero echo de menos el carisma, la personalidad y el personal estilo con el que el profesor Tierno componía los suyos:
"La Villa de Madrid ha sido siempre ejemplo de convivencia cortés
en un ambiente limpio. Circunstancias que todos los madrileños conocen
han ido estropeando nuestra Ciudad hasta el extremo que los propios vecinos
de Madrid se han hecho desidiosos en cuanto atañe al cuidado de su Ciudad
y, en algunos casos, en cuanto a dar buen ejemplo y mantener honestas costumbres.
Los vecinos debemos contribuir con nuestro esfuerzo a que la Villa recobre la
limpieza y el decoro que siempre tuvo y que siempre se le ha reconocido.
El trabajo que esto requiere, y para el que pido la ayuda
de cuantos en Madrid viven, debe principalmente orientarse, por ahora y hasta
que el Ayuntamiento dé nuevas normas sobre calles y fachadas, a procurar
que nuestros parques y jardines sean modelos de lugares limpios y apacibles,
propios para el esparcimiento, el paseo tranquilo y el sosiego del espíritu.
Por lo cual, requiero a los madrileños para que estén al cuidado
y eviten dejar hacer papeles y restos de cualquiera clase en los caminos y praderas
de los parques y jardines, y que a la vez cuiden de no pisar el césped,
que se pierde y estropea con facilidad por la falta de humedad ambiente y por
no estar a nuestro alcance regarlo con tanta frecuencia como su mantenimiento
requeriría.
Por consiguiente, y para que el cumplimiento de este Bando
sea efectivo, se advierte que quienes lo infrinjan serán amonestados
por los guardas públicos, y si insistieran en la infracción habrán
de abonar la cantidad mínima que prevén las Ordenanzas vigentes,
por su imperdonable descuido y falta de educación cívica".
DdA, XII/3217
No hay comentarios:
Publicar un comentario