Rita Maestre ha sido juzgada no por
asuntos de su pasado sino del presente, por ser la portavoz del
Ayuntamiento de Madrid.
Manuel JaboisEl juicio a Rita Maestre es una oportunidad extraordinaria, en el fondo, para tratar de saber qué hace una capilla en la Universidad Complutense de Madrid. De qué forma se justifica que en un lugar que promueve la razón, se encuentre otro lugar que sólo exige fe. Por qué en un territorio consagrado al conocimiento científico hay otro en el que, según el arzobispo, se pueden tener experiencias con Dios. Eso es lo que a mí personalmente me interesa del juicio a Rita Maestre, no lo que haya hecho una chica a los 21 años ni lo que dice la ley al respecto. Porque además ha sido juzgada no por asuntos de su pasado sino del presente, por ser la portavoz del Ayuntamiento de Madrid.
Cada día hay un ruido nuevo, una atmósfera de escándalo en relación a
todo y relacionado con asuntos de poco calado pero muy aprovechables
políticamente y mediáticamente. Y eso se debe a que existe una enorme
voluntad en España por escandalizarse por cualquier cosa. Si este país
fuese un enorme campo de fútbol seríamos el jugador teatrero que se
desploma a la menor oportunidad para que el árbitro expulse al
contrario. Que es el modo con el que se quiere sacar de la circulación a
Rita Maestre, precisamente, a toda costa. Esta misma semana se
autoexpulsó el portavoz del PP, Alberto Fernández Díaz, cuando escuchó
un poema de Dolors Miquel en la entrega de los premios Ciutat de
Barcelona. Un poema con la estructura del Padrenuestro, con
letra de la propia autora, letra que naturalmente escandalizó al
portavoz del PP, hermano del ministro de Interior y por tanto cuñado de
un ángel, y al exalcalde Xavier Trias, que ha dicho "que no se pueden
ofender las convicciones la casa de todos". La casa de todos los
creyentes, quiso decir. La oposición del Ayuntamiento de Barcelona ha
visto cómo se ponía la oposición de Madrid por un espectàculo de
marionetas y ha dicho que ellos van a obligar a dimitir a todo el mundo
por un poema.
SER/ DdA, XII/3217
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