Félix Población
No sé si será sólo por unos meses, entrevista la
probabilidad de que se convoquen nuevas elecciones, pero ya tenemos en el
Congreso de los Diputados a la mayor concurrencia de señorías con título
universitario de la historia. No es una noticia baladí, habida cuenta el precario nivel cultural exhibido en muchas ocasiones desde la tribuna. Únase a eso el
vestuario novedoso y de calle que aportan a sus escaños los diputados de Podemos, muchos
de ellos calzando zapatillas deportivas o con luenga cabellera, al estilo de su
secretario general. Esto último me recuerda los trajes de pana del PSOE cuando
accedió al Parlamento o a Javier Solana acudiendo en vespino los primeros días de aquel lejano otoño del 82 tan lleno de expectativas.
Bien es cierto que por entonces nadie entre los
congresistas socialistas quiso renunciar a los privilegios que comportaba su
representación política, algo que sí ha ocurrido ahora. Es lo que harán los 69
diputados de Podemos: nada de pensiones extraparlamentarias, ni de tarjetas por
un importe de 3.000 euros para taxis. Renuncian también al pago de Internet en
el domicilio a quienes se desplacen desde sus lugares de residencia. Su
remuneración será como prometieron la que comprenda tres salarios mínimos, esto es, 1965 euros mensuales, frente a la asignación fija de un diputado raso, cifrada en casi 3.000 euros, a la que se suman indemnizaciones y beneficios adicionales asignados individualmente, con lo que el sueldo asciende a unos 4.600 euros de media.
Habrá entre los nuevos diputados del partido más joven de nuestra historia una limitación igualmente en el importe a recibir en calidad de indemnización por gastos, fijada
en un máximo de 850 euros por alojamiento y manutención para los parlamentarios que vivan
fuera de Madrid. También reducirán al mínimo posible las prestaciones incluidas
en la póliza de seguro de accidentes.
Dicho lo anterior y sabiendo como todos
sabemos las incontables y a veces bochornosas críticas que han recibido y
siguen recibiendo los líderes de Podemos por parte de sus adversarios políticos y la mayoría de los medios de comunición, es clamoroso el silencio que se
guarda respecto a las medidas acordadas por el Consejo Ciudadano Estatal de
este partido en algo que tanto ha beneficiado al mismo en el favor y el voto de los
ciudadanos. ¿Cómo es que los restantes colegas en el Congreso, de uno u otro partido, no han
participado de estas medidas que tanto les habrían acercado al común de la
gente en unos tiempos tan adversos como los que corren?
DdA, XII/3176
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