Foto: EFE
José Luis Serrano
Queridos machos alfa:
Quería
manifestarles mi decepción, como actual votante de Podemos y exvotante
de Izquierda Unida, ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo para
presentar una candidatura conjunta a las Elecciones Generales del pasado
20D, con los resultados por todos conocidos.
Ustedes lo
plantearon como una lucha de espadas láser. Y ya se las hemos visto
todas. Se la han medido delante de todo el mundo y ya sabemos que Pablo
la tiene más larga, pero quizá Alberto la tenga más gorda. ¿Y ahora qué?
No
han tenido altura de miras. No se han comportado como hombres de Estado
sino como cazurros y testarudos colegiales. Y hay una cosa que quizá no
comprenden porque está tan marcado en los estereotipos de su propio
género que no saben ni verlo: lo han hecho mal. Hay otras cosas,
generalmente asociadas con valores femeninos, en las que no caen, porque
toda su sangre se concentra en mantener erectas sus espadas láser, no
vaya a ser que les llamen nenazas los otros niños del colegio. ¡Pero son
ustedes dos líderes del siglo XXI, son jóvenes, deberían estar por
encima de todo eso! Generosidad, diálogo, cesión, maleabilidad, dulzura,
cuidados, bien común, educación... ¿les suena? ¿O mejor seguimos con
eso de y mis cojones treinta y tres?
Yo les planteo una
reunión a tres bandas. Yo sé que ustedes, de pequeños, jugaban a darse
cabezazos contra las paredes, a estrellar coches contra los muebles, a
bombardear poblados indios y jamás de los jamases se les habría ocurrido
sentarse en una mesa a tomar un té. A lo mejor es la hora: ustedes
vienen a mi casa, yo les ofrezco un café, un té, tomamos pastitas, se
comportan ustedes como personas educadas (no se preocupen, que yo nunca
se lo contaré a nadie). Yo les facilitaré el diálogo, seré imparcial, lo
prometo. Porque voto a Iglesias pero Garzón me excita mucho más. Les
doy unas clases de automanipulación anal, para que se les quite ese
rictus tan feo que se les pone cuando sonríen. Y hablamos. Y vemos. Y
hablan. Y ven. Y a lo mejor llegan a un acuerdo en torno a una figura de
consenso, que yo creo, en mi modesta opinión, que debería ser una mujer
(como ya ha pasado con Colau, Oltra o Carmena), una mujer con sentido
común, afectuosa, dialogante, que emocione, una luchadora que ponga por
encima de sus intereses particulares el bien común. La que defendía el
poblado indio cuando ustedes lanzaban los coches contra él.
Y nos
volvemos a presentar todas juntas (y las que se apunten también). La
ilusión no solo suma: multiplica. Se lo debemos a los desahuciados, a
los emigrantes, a los de las fosas comunes, a los dependientes, a los
estafados, a las asesinadas, a los insultados, a los marginados, a los
oprimidos, a los olvidados. Nos lo deben a los que nos ilusionamos con
que todo puede cambiar.
Luego, ya si quieren, se encierran en una
habitación y hacen otra lucha de espadas láser. O se vienen a mi casa y
tomamos otro té. Pero no se aficionen, no vaya a ser que le cojan el
gusto, que empieza uno dialogando y acaba llorando con las películas de
Antena 3. Y hasta ahí podríamos llegar.
Atentamente.
Puntos de Página
Pablo Iglesias a los suyos: A los mensajes de “tendríamos más escaños presentándonos juntos”, el
líder de Podemos replica: “Querían mantener sus siglas para pagar las
deudas y la vieja guardia nos habría devorado”.- EL CONFIDENCIAL.
El Huffington Post DdA, XII/3164
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