Ana Cuevas
Un internauta cachondo ha lanzado a la red la siguiente reflexión: "Si los españoles fuéramos dinosaurios, votaríamos a los meteoritos."
Algo de eso ahí. Porque de otra forma no se explica que el PP siga
siendo la fuerza política más votada en las últimas elecciones. Es
verdad que a Mariano se le han caído muchos palos del sombrajo y que ha
sido una victoria cortita que se ha quedado muy lejos de la mayoría
absolutista en la que se manejan tan a gusto. Pero lo cierto es que
todavía quedan muchos españoles que optan por el meteorito conocido
antes de explorar posibilidades menos "serias". Nadie cuestiona la
seriedad que ha esgrimido el PP en aspectos como la corrupción de muchos
de sus cargos. Cero. Nada. Ninguna. Todos hemos sido testigos de que
han mentido como bellacos negando la mayor e intentando escurrir el
bulto de sus responsabilidades. Mariano, como su amigo Luis, ha sido
fuerte y ha resistido el embate de detritos que rebosaba por las cloacas
de Génova. La gente "seria", como él, creen firmemente en los milagros.
Y más, en esa milagrosa amnesia que agarra a buena parte de los
españoles a la hora de depositar su voto.
Mariano corre en su
cinta. Calzón holgado y calcetín de ejecutivo. Quizás quiera dejar atrás
los escándalos, la insensibilidad social con la que han gobernado estos
cuatro años, las desigualdades e injusticias que han sembrado en
nuestra sociedad. Cuando está completamente agotado se queda dormido.
Entonces aparecen los monstruos que estaban al acecho. Bárcenas, Rato,
Blesa, la banda de los Gürtel...Una legión de engendros que revolotean
por su alcoba. Fantasmas de las pasadas navidades que le atormentan
clavándole tridentes invisibles. Mariano se despierta. Se frota los ojos
y decide que, pese a todos los ectoplasmas corruptos que porta en su
mochila, la cosa no ha ido tan mal. Aún tiene posibilidades de seguir
siendo presidente. En estas entrañables fechas cualquier cosa es
posible. Hasta un pacto de esos que llaman contra-natura con los
socialistas. ¿Contra-natura?. Pero si lo más natural del mundo es que
ambos partidos se alíen para salvaguardar la maquinaria bipartidista. De
una u otra forma conseguirán arreglarlo- piensa Mariano mientras se
entrega de nuevo a los brazos de Morfeo.
En su mundo onírico
Rajoy se siente a salvo. Incluso puede recrearse en fantasías
delirantes en las que una magnánima Merkel le permite chuparle la punta
del zapato. Lo que sucede es que a veces, en esos sueños, don Mariano
ve coletas. ¿Será el fantasma de las próximas navidades? A lo mejor es
que el pueblo también se está cansando de padecer pesadillas y ha
decidido despertarse. Pero con memoria para disgusto de algunos. España
es un gran lío. Pero no por los resultados de las últimas elecciones.
Éstas solo plasman una realidad que se palpa en las calles. Vivimos en
una sociedad plural que está obligada a entenderse. Las urnas solo
reflejan la necesidad de una democracia real que represente las
distintas sensibilidades de la ciudadanía.
El cambio, pese a
quien pese, está en marcha. Presiento que el próximo año será muy
emocionante. Procuren permanecer bien despiertos y a salvo de
meteoritos. ¡Felices fiestas!
DdA, XII/3164
No hay comentarios:
Publicar un comentario