Antonio Aramayona
Hoy
no he ido a Capitanía para manifestar mi rechazo a la guerra. Detrás de los
tambores belicistas se oculta un plan de configurar el mundo según los planes
del poder político, económico-financiero, militar, eclesiástico e ideológico en
general: ajustar el mundo y la vida a las coordenadas neoliberales, borrados sistemáticamente
los derechos y las libertades de la ciudadanía. Lo acabamos de ver ayer: La
policía francesa sofoca una protesta pacífica por la Cumbre del Clima en Paris
alegando la alerta máxima por los atentados del 13-N en París. ¿Vamos
comprendiendo? Y esto no es más que el principio.
Todo ha estado teñido hoy del
contencioso administrativo que desde las 12 horas ha tenido lugar en la Ciudad
de la Justicia, Edificio "Vidal de Canellas", derivado de una multa
impuesta a Marisol en noviembre de 2013. Todo ha transcurrido normalmente. Han
entrado todos y se han cumplido los trámites con la jueza, el abogado de
Marisol, Javier Checa, y el fiscal. A renglón seguido, he entrado en la sala en
calidad de testigo y he declarado acerca de lo ocurrido el día 23 de octubre de
2013, fecha en que nos entregaron la notificación de la sanción y objeto del
contencioso administrativo por parte de Marisol (yo entregué, como única
alegación, una carta dirigida al Delegado del Gobierno en la que no reconocía
su legitimidad como sancionador y la legitimidad misma de la sanción, y
posteriormente me detrajeron el importe de la sanción de mi pensión). Las
intervenciones de rigor por parte del fiscal y de Javier Checa, la finalización
de la sesión por parte de la jueza y todo listo para sentencia.
Por cierto, he ido bastante elegante (guapo, no, porque es imposible)
Quiero solo decir que durante toda la mañana he sentido un inmenso orgullo de ser compañero y amigo de Marisol Ibáñez, así como de quienes han podido asistir presencialmente al juicio y a cuant@s no han podido acercarse a la Ciudad de la Justicia. He visto una vez más en primera fila la maquinaria del sistema funcionando a pleno rendimiento. Pero sobre todo no me ha faltado la esperanza de que otro mundo es posible sabiendo y notando que mis compañer@s, l@s compañer@s y amig@s de Marisol allí presentes siempre estarán caminando junt@s hacia los mismos horizontes.
Por cierto, he ido bastante elegante (guapo, no, porque es imposible)
Quiero solo decir que durante toda la mañana he sentido un inmenso orgullo de ser compañero y amigo de Marisol Ibáñez, así como de quienes han podido asistir presencialmente al juicio y a cuant@s no han podido acercarse a la Ciudad de la Justicia. He visto una vez más en primera fila la maquinaria del sistema funcionando a pleno rendimiento. Pero sobre todo no me ha faltado la esperanza de que otro mundo es posible sabiendo y notando que mis compañer@s, l@s compañer@s y amig@s de Marisol allí presentes siempre estarán caminando junt@s hacia los mismos horizontes.
DdA, XII/3145
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