sábado, 28 de noviembre de 2015

TAMBORES DE GUERRA, PÍFANOS DE DISTRACCIÓN

 Los latinos escribieron aquello de “si vis pacem, para bellum”. Y uno le puso ese nombre a una pistola.

Juan Carlos Monedero

La amenaza yihadista se ha convertido en la excusa perfecta para el estado de excepción. Se trata de detener el pensamiento con el fin de culminar el propósito de echar el cierre a los derechos sociales, núcleo central de la L Legislatura que recién acaba (y que empezó no con las elecciones del 20N que ganaría Rajoy, sino cuando Zapatero, con apoyo del PP, reformó el artículo 135 para darle la más importante paletada de tierra al maltrecho estado social español). En toda Europa hay un criterio claro compartido por el bipartidismo vigente: terminar con el contrato social nacido de la derrota de la derecha tras la Segunda Guerra Mundial. Esa coincidencia es lo que explica la Gran Coalición que tienen los socialistas y Ángela Merkel en Alemania, prólogo a la gran coalición que el nostálgico de las dictaduras de Pinochet y Franco, Felipe González, recomienda para España sabiendo de su ascendiente sobre Susana Díaz.
El estado de excepción puede acabar con el Estado social, democrático y de derecho en nombre de la seguridad. Los seres humanos activamos con urgencia el hipotálamo -un avance evolutivo de la hominización– cuando el peligro acecha. Los seres humanos activamos el neocortex -un avance evolutivo de la humanización– cuando queremos pensar en el medio y largo plazo. La propuesta de Rajoy, en la que le acompañan un desconcertado Sánchez y un utilitarista Rivera, quiere que marchemos a las elecciones de diciembre con un anonadante ¡Que la patria se rompe! y un no menos conmocionador ¡Que vienen los moros a matarnos! La diferencia es que estamos en 2016 y convendría actualizar un poco el discurso.
Rubalcaba, que no fue un entusiasta de la salida de las tropas de Iraq, sabe que el Pacto Antiyihadista es la penúltima oportunidad de resucitar el moribundo bipartidismo. Por eso lo defiende con ese ánimo que invoca su “razón de estado” que nunca he compartido y que ha hecho mucho daño a la democracia española. Si queremos acabar con la amenaza yihadista, debemos dejar de vender armas a quienes luego las regalan al ISIS, cortarle la financiación acabando con el secreto bancario de los paraísos fiscales, cortar la cooptación acabando con las desigualdades en los suburbios de las grandes catedrales europeas y apoyando a los grupos moderados en esos países. Todo lo contrario que los bombardeos que sólo logran radicalizar a las víctimas. ¿No es eso lo que pasa cuando en nombre de los derechos humanos se deja a Raqa sin electricidad? Si quieres la paz, prepárate para la paz. Los latinos escribieron aquello de “si vis pacem, para bellum”. Y uno le puso ese nombre a una pistola. 

Comiendo Tierra - DdA, XII/3142

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