Jesús Cabaleiro Larrán
El escritor y periodista egipcio Ahmed Nayi responderá el próximo 14 de noviembre (2015) ante un juez por un pasaje erótico de su novela ‘El uso de la vida’ (‘Istajdem al haya’), que fue publicado en agosto por el semanario cultural Ajbar al Adab (Noticias cuturales), suplemento semanal literario en papel creado en 1993 por el escritor Ghamal (Al) Ghitany (1945-2015), publicado por el diario gubernamental, Ajbar al Yaum (Noticias de hoy).
Nayi y el editor de Ajbar al Adab, Tarek al Taher,
quien ha publicado por entregas los cinco primeros capítulos de la
novela, han sido acusados de “libertinaje y atentado contra la moral
pública” enfrentándose a cargos por publicar contenidos explícitamente
sexuales y atentar contra la moral, confirmó una fuente judicial. Al
Taher ha alegado a la fiscalía no haberlo leído.
“Mi
novela es una obra literaria que no debe ser juzgada. Si alguien la
considera un atentado contra la moral, que no la lea”, dijo Nayi, de 30
años, quien combina su labor de escritor con la de periodista en Ajbar al Adab y en el diario independiente Al Masri al Yaum, siendo miembro del Sindicato de Periodistas. También ha trabajado como freelance para el diario digital independiente fundado en 2013, Mada Masr.
Nayi, quien tendrá que responder ante la Justicia, considera que la
fiscalía egipcia “siempre ha estado en contra de la libertad de
expresión”, que está “atravesando un muy mal momento” en el país. Su
abogado, Mahmud Othman señaló que se enfrentan a una posible condena de
dos años de cárcel y una multa de 10.000 libras egipcias (1145 euros).
El Sindicato de Periodistas y la Unión de Escritores egipcios ya han mostrado su solidaridad con Nayi.
El capítulo seis, que también ha sido publicado en internet, habla de
varios temas tabú como detallados encuentros sexuales o fiestas en
casas con drogas, consumo de hachís y alcohol En dicho capítulo de la
obra, el protagonista, Basam Bahgat, un joven frustrado, cuenta en
primera persona su relación con una chica, Mona Mi, y un encuentro
sexual que ambos mantuvieron y en el que el protagonista describe que
durante el encuentro con su pareja se “pasó horas besando su vagina”.
La fiscalía no ha dudado en considerar el citado fragmento del relato
como un “veneno para la moral de la sociedad”. “El acusado transgredió
la moral pública al escribir escenas que describen una relación sexual
entre una pareja”, asegura el escrito acusatorio, que insiste en que el
novelista “está difundiendo veneno con su pluma”.
Al parecer el relato soliviantó al denunciante, identificado como
Hani Saleh. Según el informe de la Fiscalía, que ha sido filtrado a
varios medios egipcios, tras leer la escena citada, Saleh sintió como su
corazón se aceleraba, sufría fatiga y una repentina caída de la tensión
arterial. Tras presentar la denuncia ante la Procuraduría, esta
encontró indicios de delito en la novela.
El novelista, nacido en El Mansura en 1985, explicó que ‘El uso de la
vida’, su segunda novela, publicada en 2014 por la editorial libanesa
Dar al Tanwir, nunca había suscitado ninguna controversia hasta que el
semanario Ajbar al Adab decidió publicarla por entregas. Tras ser
publicada en Líbano fue distribuida el año pasado en El Cairo por lo que
está disponible en las librerías locales. Como en el caso de cualquier
libro extranjero impreso, recibió el visto bueno de la Autoridad Censora
de Publicaciones antes de que su primera impresión llegara a Egipto. El
texto está escrito en árabe coloquial y clásico en colaboración con el
artista de cómics y guiones gráficos, Ayman al Zorkani.
La novela tiene un carácter futurista y la sexualidad es un tema que
une a los personajes que usan un lenguaje descarnado y casi
pornográfico: “¿Qué hace la gente joven a sus veinte años en El Cairo?
¿Es que lamen vaginas, chupan penes o inhalan hachís mezclado con
somníferos? ¿Hasta cuándo estos fetiches serán emocionantes, innovadores
y estimulantes?”
Su primera novela, ‘Rogers’, fue publicada en 2007. En esta novela,
las palabras del autor se mezclan con las canciones de ‘El Muro’ de Pink
Floyd que se intercalan en la narración, toda la historia es un juego
jugado por la imaginación y las alucinaciones del protagonista. Fue
traducida al italiano. En 2009, publicó un libro electrónico titulado Sabaa durus mustaqqah min Ahmed Makky
(Siete lecciones extraídas de Ahmed Makky), una breve obra sobre la
crítica de arte. También escribió sobre la historia de los blogs
egipcios en ‘Blogs en tweet’ (2010), una visión general de los
principales blogs árabes de 2003 a 2010.
El director de la Red Árabe de Información para Derechos Humanos
(Raidh), Gamal Eid, criticó la decisión de la fiscalía y aseguró que el
procesamiento de Nayi recuerda que a pesar de que el presidente egipcio,
Abdelfatah al Sisi, habla de un Estado civil, hay muchos juicios
abiertos “contra la libertad de expresión”. El director de esa ONG
comparó la Fiscalía egipcia con la policía de la moral del
ultraconservador Arabia Saudí, y subrayó que los funcionarios deberían
haber archivado el caso.
Egipto es el cuarto país del mundo con periodistas detenidos, al
menos 20 (después de China, Eritrea e Irán) y ocupa el puesto 158, entre
180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2015
de Reporteros Sin Fronteras.
Según Eid, a nadie se le ocurriría llevar ante los tribunales al
escritor egipcio Naguib Mahfuz (1911-2006), único escritor en lengua
árabe premiado con el Nobel de Literatura (1988), por varias de sus
novelas “que tienen también contenido sexual”. Mahfuz vio cómo su novela
‘Hijos de nuestro barrio’ (Awlad aratina), publicada por partes en el diario Al Ahram
(Las pirámides) en 1959 -pero editada en Líbano-, fue considerada
herética en su país y no ha podido ser publicada, al contrario que en
otros países árabes. En España está publicada llegando a contar 13
ediciones. Hay que recordar que en 1994 el escritor fue atacado por
integristas que lo acuchillaron en el cuello y le dejaron secuelas hasta
su muerte.
También en Marruecos, la conocida novela de Mohamed Chukri (1935-2003), ‘El pan desnudo’(Al jubs al hafi)
traducido en su reciente edición española ‘El pan a secas’ muestra un
alto contenido sexual y fue prohibida en Marruecos de 1982 hasta el año
2000. Del mismo modo, ‘Confesiones a Alá’ de la escritora francomarroquí
Safia Azzeddine (1979) tiene un alto y explícito contenido sexual. Esto
no ha sido óbice para que incluso se haya realizado una versión teatral
y otra en cómic, eso sí, en Francia.
Por otra parte, hay que recordar que el acoso sexual es algo habitual
en Egipto, ocho de cada diez mujeres lo sufren en el transporte público
y la Fundación Reuters determinó que Egipto es el peor país árabe para
ser mujer. Además ‘sexo’ es uno de los términos de búsqueda frecuente
para los usuarios de internet egipcios y al menos cinco de los cien
sitios web más visitados entre los egipcios son de pornografía.
DdA, XII/3123
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