Pocas cosas desmoralizan más que la injusticia hecha en nombre de la autoridad y la ley.
Concepción Arenal
Concepción Arenal
Lidia Falcón
El 7 de noviembre todas las mujeres y los hombres de España deben
unirse a la Marcha contra la Violencia contra las Mujeres con la que
pretendemos que los poderes institucionales: gobierno, Congreso, Senado,
Poder Judicial, gobiernos autonómicos, ayuntamientos, se impliquen con
sinceridad y eficacia en prevenir y evitar la masacre de mujeres y niñas
que se está produciendo en nuestro país.
Las compañeras gallegas de Ve la Luz, que realizan una velada
continuada en la Puerta del Sol de Madrid, se han declarado en huelga de
hambre hasta el día 7. Hay que acompañarlas y darles aliento y calor de
solidaridad en estos amargos días. Porque cuando asesinan a una mujer
nos asesinan a todas, cuando maltratan a una mujer nos maltratan a
todas, cuando violan a una mujer nos violan a todas.
Hoy en Elche (Alicante) hay otra víctima en esta continua macabra
contabilidad. Pero quizá los lectores no sepan que todas las víctimas no
son iguales. Hay unas que son mujeres y otras que son género. Desde
enero de 2015 las genéricas según las cuentas oficiales son 40, pero la
verdaderas mujeres ascienden a 78 . Si publicaran todas las asesinadas
en los últimos diez años, desde que se aprobó la famosa Ley de Violencia
de Género, nos encontraríamos con más de mil, y esa es una cifra
escandalosa que no conviene difundir.
Porque la Ley de Violencia, pomposamente llamada Ley Orgánica de
Medidas Integrales contra la Violencia de Género, se ha demostrado
cumplidamente ineficaz. Desde su aprobación el 28 de diciembre de 2004, y
en pocos días se cumplirán 11 años, se han cometido más de 1.000
asesinatos machistas. Porque la protección de la ley de que presumen
tanto el gobierno como los partidos que la apoyan no es cierta. Las
frías cifras nos explican que tenemos 2.500.0000 de mujeres maltratadas,
15.000 violadas cada año, y un número indeterminado -por falta de datos
oficiales- de niños asesinados, desaparecidos, abusados sexualmente y
maltratados.
Pues bien, el 55% de las denuncias se archivan en el Juzgado sin más
trámite. Del 45% a partir de las cuales se tramita el proceso concluyen
en condena el 70%, lo que supone que se absuelve al 30 % de los
acusados y únicamente el 31% de las denuncias se penaliza, la mayoría de
las cuales no exceden de dos años de prisión, porque dada la benignidad
de los jueces, en los procesos de violencia, a los maltratadores se les
compensa con la sustitución por los llamados servicios en favor de la
comunidad, que nadie sabe en qué consisten. En definitiva, una mujer
maltratada solo tiene el 6% de posibilidades de ver a su verdugo en la
cárcel.
Estas cifras no escandalizan ni inquietan a los partidos políticos ni
a los gobernantes, que no muestran el menor interés por la masacre de
mujeres y niños que se produce en nuestro país cada año.
Tampoco los llamados movimientos sociales, del que los Indignados, el
15-M, la Plataforma contra los desahucios, las Mareas blancas y verdes y
rojas, se han ganado tanto protagonismo, declaran la menor
preocupación por esta masacre. Los que se muestran tan solidarios con
los desahuciados de las viviendas no sienten ninguna emoción ante los
cadáveres de mujeres.
Mientras tanto el PSOE sigue mostrando un entusiasmo digno de mejor
causa por esa Ley segregacionista e inoperante. Pero no explican por
qué, a pesar de la bondad de la norma legal, después de casi 11 años de
promulgada, se sigue asesinando al mismo número de mujeres que hace una
década- cuando no más-, y el número de apaleadas y violadas se mantiene
inamovible.
La más grave injusticia de la ley es que sólo protege a las mujeres
ligadas con el agresor por un vínculo sentimental. De tal modo, todas
las demás, que pueden ser la madre, la hermana, la suegra, las cuñadas y
las hijas mayores de edad que sean agredidas por el maltratador, y por
supuesto las prostitutas, apaleadas o torturadas por chulos o clientes,
no son merecedoras de la protección de esta pomposa y tan publicitada
Ley orgánica.
Esta limitación del sujeto a proteger significa que, así mismo, las
mujeres víctimas de otros graves delitos, como la violación y los abusos
sexuales –no digamos el acoso sexual- cometidos por familiares, amigos,
vecinos, jefe o compañeros de trabajo, o desconocidos, quedan al margen
de la protección de la ley. Incluso el incesto no es contemplado por
nuestra legislación.
La más grave indefensión en que se encuentran las víctimas es que deben ser ellas las que prueben la comisión de los delitos,
según el principio de que todo el mundo es inocente mientras no se
demuestre lo contrario. Mientras el legislador se ha molestado en
especificar, con resultados completamente nocivos, que la violencia de
género es diferente a los demás delitos, no ha considerado que, en
razón de ello mismo, se debería invertir la carga de la prueba, como se ha logrado en la legislación laboral. Y
en consecuencia, cuando el peligro de agresión o incluso de muerte es
evidente, las víctimas deben huir de su casa, a veces con niños pequeños
a su cargo, que tienen que dejar de asistir a la escuela, perder sus
amigos y objetos queridos, para refugiarse en una Casa de Acogida; el
maltratador, amenazando a su mujer diariamente, e incluso pudiendo
prever la policía y el juez que intentará el asesinato, sigue en
libertad, disfrutando de la vivienda común, asistiendo a su trabajo y
siendo respetado por la comunidad. En definitiva, sólo en estos casos se
da la monstruosa injusticia de que sea la víctima la que tenga que
esconderse, en un régimen de privación de libertad, y el verdugo campe
tranquilamente por sus respetos, sin amenaza alguna.
Este próximo día 7 de noviembre nos encontraremos en Madrid las
asociaciones feministas y de mujeres y de hombres y todos los ciudadanos
que entendemos que hemos de exigir a los poderes políticos, a los
movimientos sociales, a los medios de comunicación, que se sientan
implicados en esta lucha y den un giro copernicano a la perversa
relación la masacre de mujeres y niñas y a la permisividad legal y
judicial con los asesinos.
Únicamente el Movimiento Feminista ha sido protagonista en esta
desigual lucha por visibilizar la violencia contra la mujer. Desde mi
artículo en Vindicación Feminista de julio de 1976, denunciando la
violencia machista, han tenido que transcurrir 40 años para que podamos
realizar una Marcha a nivel nacional que manifieste claramente la
indignación que nos invade, ante la evidencia de que el poder machista
que sigue utilizando el terror y la violencia contra nosotras, está
amparado por las instituciones del Estado. Porque la violencia machista
es tan terrorismo como el etarra o el islámico, pero no se considera un
asunto de Estado ya que las víctimas solo son mujeres.
Pero nosotras, como feministas, somos la vanguardia de la lucha, y
aunque no tenemos medios económicos ni espónsores ni partidos ni
gobiernos detrás, como los doce apóstoles, como los caballeros de la
Tabla Redonda, como los ocho bolcheviques, como las primeras mártires de
la Revolución Francesa y las sufragistas que redactaron el Manifiesto
de Séneca Falls, y como Rosa Luxemburgo, Alejandra Kollöntai, Clara
Zetkin, Clara Campoamor, y tantas otras que solas que cambiaron el mundo
de su tiempo, estamos seguras de que este impulso de indignación e ira
que sentimos ante la injusticia machista y los feminicidos de nuestro
país que quedan impunes, será la chispa que incendiará la pradera y se
extenderá rápidamente y logrará despertar las conciencias adormecidas y
llevar nuestras exigencias hasta los indiferentes y machistas que nos
gobiernan.
ASTURIAS LA PRIMERA
Chelo Tuya (El Comercio)
Irán por Maimouna, a la que su pareja mató a golpes delante de los hijos de ella. Y por Olga, a la que su ex quitó la vida a machetazos. También por Marina y Laura, las jóvenes asesinadas por el ex de la primera. Y por Conchi, Iris, Carmen, Silvina, Almudena, Fuensanta, Divi, Toñi, Maryna, Chari, Laura, Anka... Irán por ellas y por las que faltan hasta llegar a las 70 víctimas de violencia machista en España en lo que va de año.
Irán cerca de 2.000 personas desde Asturias, la comunidad con mayor representación en el 7N, la gran marcha convocada para este sábado en Madrid por el movimiento feminista de toda España. Se movilizan las feministas, apoyadas por cientos de colectivos -entre los que se encuentran PSOE, IU, CC OO, CSI, Conseyu de Mocedá- para exigir que los asesinatos a mujeres sean considerados «una cuestión de Estado». Y clamarán: «Ni una menos, ni una más».
Así lo contaron las integrantes del Movimiento Feminista de Asturias la pasada semana y así volverán a hacerlo hoy, en una rueda de prensa, las asociaciones gijonesas que participan en la protesta. «Será un éxito. Hay muchísima participación», anticipaban en la noche del martes, cuando cerraban los flecos en Gijón.
De los 26 autobuses que saldrán de Asturias, ninguno lo hará del occidente. En compensación, las feministas organizarán una marcha de 7 kilómetros en Valdés. Todas «contra una violencia que mata más que ETA».
ASTURIAS LA PRIMERA
Chelo Tuya (El Comercio)
Irán por Maimouna, a la que su pareja mató a golpes delante de los hijos de ella. Y por Olga, a la que su ex quitó la vida a machetazos. También por Marina y Laura, las jóvenes asesinadas por el ex de la primera. Y por Conchi, Iris, Carmen, Silvina, Almudena, Fuensanta, Divi, Toñi, Maryna, Chari, Laura, Anka... Irán por ellas y por las que faltan hasta llegar a las 70 víctimas de violencia machista en España en lo que va de año.
Irán cerca de 2.000 personas desde Asturias, la comunidad con mayor representación en el 7N, la gran marcha convocada para este sábado en Madrid por el movimiento feminista de toda España. Se movilizan las feministas, apoyadas por cientos de colectivos -entre los que se encuentran PSOE, IU, CC OO, CSI, Conseyu de Mocedá- para exigir que los asesinatos a mujeres sean considerados «una cuestión de Estado». Y clamarán: «Ni una menos, ni una más».
Así lo contaron las integrantes del Movimiento Feminista de Asturias la pasada semana y así volverán a hacerlo hoy, en una rueda de prensa, las asociaciones gijonesas que participan en la protesta. «Será un éxito. Hay muchísima participación», anticipaban en la noche del martes, cuando cerraban los flecos en Gijón.
«Postureo del PP»
Mucha participación que no evitará visualizar las ausencias. Por el
momento, el Partido Popular no figura entre las decenas de entidades
firmantes del manifiesto. Eso sirvió para repetir las críticas al
'postureo'. La portavoz de la plataforma, Isa Antón, explicó que esas
críticas no iban dirigidas a colectivos que pagan autobuses, como PSOE,
IU, CC OO, CSI o Conseyu de Mocedá, «sino al PP». Lo dice porque, pese a
que en algunos ayuntamientos, como los de Gijón y Oviedo, el manifiesto
del 7N fue aprobado por unanimidad, «en otros el PP se ha abstenido e,
incluso, ha votado en contra». De los 26 autobuses que saldrán de Asturias, ninguno lo hará del occidente. En compensación, las feministas organizarán una marcha de 7 kilómetros en Valdés. Todas «contra una violencia que mata más que ETA».
DdA, XII/3122
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