Félix Población
Ocurrió en 2004 con el bochorno
histórico de las mentiras en torno a los atentados del 11-M y sucedió asimismo
tras la segunda y lamentable legislatura de Zapatero. Ahora, con Rajoy, y luego
de la etapa de mayores recortes en derechos y libertades, don Mariano está
empeñado en superarse desfachatadamente como jefe del Gobierno haciendo uso del
Congreso de los Diputados para una francachela triunfalista de su partido,
donde además del grifo de cerveza y los canapés de cerdo ibérico se exhibió un
vídeo que flaco favor le hará al Partido Popular.
Equiparar a España con un enfermo de
gravedad al que un barbado cirujano salva en última instancia es, aparte de un plagio cuyo origen está en la República Dominicana -tal como ocurrió con
aquella ridícula niña de Rajoy, original también de no sé qué partido de un país centroamericano-,
todo un alarde de desvergüenza por parte de un gobierno que se ha caracterizado
por una aplicación drástica de recortes en la sanidad pública. Hasta diez mil
millones, en total, desde 2009, si se incluyen dos años de la anterior
legislatura.
Tengo la impresión de que la podredumbre de la corrupción, que
tanto ha afectado al partido en el Gobierno, ha llegado a perturbar la capacidad
de inteligencia de sus ideólogos propagandísticos, como si los mefíticos vapores
de tanta trama y tanto trapicheo durante un periodo cada vez más dilatadado en el tiempo hubieran acabado por dejarlos sonados o cautivos de una ineptitud absoluta.
Cualquiera día de estos, además, aflora el nuevo
diario de Pedro J Ramírez (El Español) para dar la puntilla a un partido incapaz de percibir en su abotargada decadencia que no se puede utilizar el Congreso de los Diputados para tirar jarras de cerveza y masticar canapés varios, mientras los partícipes se hacen unas cuantas pajillas a base de autopropaganda plagiada y desbordante de hipocresía sobre una materia tan delicada y recortada como la sanidad pública.
DdA, XII/3105
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