Félix Población
Tengo entendido que el presidente del Gobierno ha decidido por fin la fecha de las elecciones generales. Nunca tanto tiempo hemos estado sin votar en esa clase de comicios desde que Franco nos abandonó hace cuarenta años, dejando todo atado y bien atado, como acaba de demostrar mi estimado y admirado historiador Ángel Viñas con su último libro (La otra cara del Caudillo), en el que demuestra hasta qué punto fue corrupto el susodicho. Su magisterio ha cundido hasta tal grado de efectividad histórica que la corrupción se ha erigido en materia de actualidad cotidiana desde hace décadas y con un recorrido cada vez más retrospectivo y entroncable con el viejo régimen. La cita electoral, en efecto, será el próximo 20 de diciembre y presiento, para desgracia de este cainita país, que la muy conocida escena cinematográfica (La vida de Brian, 1979) que ilustra estas líneas pueda ser la que se desarrolle ante las urnas en una izquierda nunca tan desunida, aunque en esto siempre haya destacado. Mientras, no deja de cebarse con todo tipo de piensos preparados al efecto -según receta made in USA- a la nueva derecha naciente (Ciudadanos), que se promete exitosa tras sus resultados en las elecciones autonómicas de Cataluña.
DdA, XII/3095
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