El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, con el
presidente del Principado, Javier Fernández, en la basílica de
Covadonga, en 2014.
Lazarillo
Cuando el secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y candidato a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, ofrece entre sus promesas electorales la de un Estado laico a todos los niveles, en educación, en materia de impuestos y también sobre las propiedades que tiene la Iglesia Católica, a quienes se podrían sentir inclinados a creerle se les quitan las ganas a la vista de lo que han hecho hasta la fecha los siete presidentes del gobierno del Principado de Asturias que, como militantes del PSOE, han estado presentes cada 8 de septiembre en los actos litúrgicos que tienen lugar en la basílica de Covadonga.También mañana.
Lazarillo
Cuando el secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y candidato a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, ofrece entre sus promesas electorales la de un Estado laico a todos los niveles, en educación, en materia de impuestos y también sobre las propiedades que tiene la Iglesia Católica, a quienes se podrían sentir inclinados a creerle se les quitan las ganas a la vista de lo que han hecho hasta la fecha los siete presidentes del gobierno del Principado de Asturias que, como militantes del PSOE, han estado presentes cada 8 de septiembre en los actos litúrgicos que tienen lugar en la basílica de Covadonga.También mañana.
José Luis Iglesias
Otra vez Covadonga. Otra vez asistiremos al lamentable espectáculo anual de las autoridades civiles de Asturias asistiendo y participando en el ritual católico presidido por el ciudadano Jesús Sanz, al que sus feligreses llaman arzobispo de la diócesis. Desde la instauración del régimen de la transición, o segunda restauración borbónica, Asturias ha tenido nueve presidentes. Todos, a excepción de dos, han sido socialistas. Y ninguno ha faltado a las pompas litúrgicas de la basílica de Covadonga el día 8 de septiembre.
Pero ¿qué pintan los presidentes socialistas en Covadonga? Cuando
hablas con ellos a titulo particular, todos te reconocen que las
creencias religiosas son un asunto privado. El artículo 16 de la
Constitución establece la separación de la Iglesia y el Estado. Dicen
que Javier Fernández es una persona importante en el PSOE, un PSOE que
en el congreso de Sevilla prometió que en un próximo gobierno socialista
habría avances en la laicidad. ¿Por qué no se dan esos avances allí
donde ya gobiernan? Es cierto, y así lo reconocemos, que en Asturias, al
menos en las horas de doctrina católica (religión) en la enseñanza,
sí ha habido un tímido avance.
Covadonga es un espectáculo bochornoso, un acto político-religioso en
el que se rinde homenaje a la ideología más rancia de la derecha y al
nacionalcatolicismo. Año tras año, sin escuchar a nadie, basándose en
mitos, milagros y liturgias de la religión católica, las autoridades
asistentes legitiman ante el pueblo asturiano una ideología casposa,
rancia y retrógrada que trata de presentarnos la unión del trono y el
altar, además de una Asturias como origen de España y cuna del agresivo
nacionalismo español.
¿Por qué van los presidentes socialistas a Covadonga? ¿No les da
vergüenza contribuir con su presencia a legitimar las ideas más
reaccionarias y retrógradas del espectro político? Javier
Fernández acudirá y participará sin duda, otra vez más, en tan
lamentable puesta en escena. No fue elegido para esto. Asturias padece
gravísimos problemas sociales, económicos y medioambientales, agravados
por la nefasta gestión de los cuatro años de gobierno del PP. ¿Cree el
presidente socialista que asistir a este tipo de espectáculos contribuye
a solucionar estos problemas? Para eso sí fue elegido, para buscar
soluciones al paro, a los desahucios, para detener el éxodo de miles de
jóvenes que se ven obligados a abandonar Asturias, para solucionar los
problemas educativos y sanitarios, para dar satisfacción a los derechos
de las personas dependientes… Y no para andar de misas y procesiones con
el ciudadano Jesús Sanz, al que sus feligreses llaman arzobispo.
Desde los inicios de la transición hasta hoy, en la sociedad
asturiana han cambiado muchas cosas. Las creencias religiosas de la
ciudadanía, también. Asturias, en cuestión de creencias, es plural y,
como el resto de la sociedad española, se ha secularizado. Sobre esto,
Asturias Laica ya ha aportado datos más que suficientes. A este
respecto, en política soplan nuevos aires que desde las elecciones
municipales han dado como resultado ayuntamientos que adoptan sanas
medidas de separación de la Iglesia y el Estado. Sin ir más lejos, en
Oviedo. Pero también en Madrid, Barcelona, Valencia , Zaragoza,
A Coruña, Zamora o Santiago de Compostela, e incluso infinidad de
poblaciones menores. Y no pasa nada, señor presidente. La ciudadanía
acepta estos cambios con toda normalidad, incluso los agradece como
cambios necesarios.
Aquí, parece que ustedes se instalan en que todo siga igual, que nada
cambie. Que siga la vieja política. Un año y otro, el obispo recibe al
presidente socialista en Covadonga, el presidente socialista y las demás
autoridades asisten a la misa, escuchan atentamente el sermón
episcopal, a veces convertido en abroncamiento político, asisten a la
procesión y dicen en la despedida: “Qué bien lo hemos pasado todos
juntos y hasta el año que viene, señor obispo”.
¿Pero qué pinta un presidente socialista en Covadonga? ¿Y qué pinta
una oposición de izquierdas que, aunque no asista al espectáculo,
consiente año tras año que vaya el presidente sin pedirle explicaciones
en la Junta General?
DdA, XII/3072
No hay comentarios:
Publicar un comentario