lunes, 7 de septiembre de 2015

CÓMO ENTERRAR EN EL OLVIDO LA IMAGEN DE AYLAN


JENS STOLTENBERG ANUNCIA QUE, ENTRE LOS MILES DE REFUGIADOS QUE LLEGAN A EUROPA, PROBABLEMENTE SE CUELEN ELEMENTOS TERRORISTAS QUE ASOLEN EL VIEJO CONTINENTE, HACIENDO REALIDAD EL ANUNCIO DE DICK CHENEY: "HAY MUCHAS POSIBILIDADES DE QUE SE REPITA UN ATENTADO COMO EL DEL 11-S".

Félix Población

Es muy probable que una vez pasados los efectos conmovedores de la imagen del pequeño Aylan en una playa turca, el corazón de la Europa de los mercaderes se recomponga y vuelva a su habitual grado de insensibilidad, tal como ha venido demostrando sobradamente ante las reiteradas masacres de niños palestinos (más de cuatrocientos en el último ataque israelí contra Gaza el año pasado). 

Ya el canciller austriaco, luego de una conversación con la Jefa Angela Merkel, ha advertido que la tolerante actitud de su país dando paso a la oleada de refugiados sirios ha respondido únicamente a la excepcionalidad y gravedad del problema, aunque con toda seguridad lo que ha querido decir es que, como político, no le cabía otra -como al resto de sus colegas europeos, Angela también- ante los efectos mediáticos de la imagen del niño sirio ahogado en la arena.

Una vez pasados esos efectos, que a la vista está no podían ser muy duraderos en la Europa de la que hablamos, es muy probable que de esa excepcional Europa humanitaria pasemos a una Europa en alerta, siguiendo los criterios del exvicepresidente Dick Cheney, el mismo que montó la gran falacia de las armas de destrucción masiva para la invasión de Irak -madre de todos los conflictos-, y que anunció hace días la posibilidad de acciones terroristas a gran escala, del tipo incluso de las que tuvieron lugar el 11-S. 

En línea con ese diagnóstico, Jens Soltenberg, jefe militar de la OTAN, no podía desaprovechar la llegada a Europa de miles de refugiados procedentes de Siria y otros países en conflicto para significar -al poco de conocerse las declaraciones de Cheney- que entre esa marea humana sometida al éxodo podrían colarse elementos terroristas que traten de sembrar el caos en el viejo continente.

Lo que está claro es que un atentado de las características del que prevé Cheney  y sugiere Soltenberg acabaría por enterrar en el olvido la imagen del niño Aylan, que ha conmovido al mundo y empañado de hipocresía las conciencias de determinados líderes europeos.

DdA, XII/3072 

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