En
la presente campaña electoral los problemas urgentes y reales para millones
de personas han quedado eclipsados por un debate teórico e ideológico sobre la
independencia.
Andreu Missé
Cataluña es una de las regiones más ricas de Europa.
Sin embargo, su riqueza está cada vez peor distribuida. El aumento del paro y
la pobreza junto al recorte de las ayudas públicas han provocado un incremento
incesante de la desigualdad y la pobreza. Las políticas restrictivas del
Gobierno de la Generalitat han acentuado el deterioro social y de las
condiciones de vida, que son especialmente difíciles para una parte importante
de la población catalana, sobre todo, los niños. Lo más lamentable es que estos
graves problemas como son el paro, especialmente el de larga duración, la
pobreza, el elevado coste de la vivienda, el hambre de los niños o los recortes
en los servicios sanitarios y de enseñanza no forman parte de los temas
prioritarios del debate político. El Gobierno de Artur Mas lleva cerca de cinco
años dando a la espalda a los más pobres, un colectivo que crece sin parar. En
la presente campaña electoral estos problemas urgentes y reales para millones
de personas han quedado eclipsados por un debate teórico e ideológico sobre la
independencia.
El deterioro social que padece Cataluña no se puede
atribuir exclusivamente a la crisis. Los Gobiernos tienen mucho que ver con las
condiciones de vida de los ciudadanos. Cataluña dispone de uno de los mayores
niveles de renta de Europa. Según los últimos datos de Eurostat, publicados el
pasado mayo, correspondientes a 2013, el PIB per cápita en paridad de poder de
compra de Cataluña era de 29.400 euros, equivalente al 111% de la media
europea. Un nivel superior a la media española (94%), y similar al de Berlín y
Finlandia (113%) pero por encima de todas las regiones de Francia, excepto Île
de France (París), y más elevado también que otros territorios significativos
como Escocia (100%), Toscana, (Florencia) (107%) y Piamonte (Turín) (106%).
Madrid alcanza el 128%, en buena parte por el efecto de capitalidad como otras
ciudades europeas: Londres (325%), Bruselas, (207%), Estocolmo (179%), París
(175%), Praga (173%) o Viena (159%).
Este alto nivel de desarrollo económico no se
corresponde con el fuerte deterioro social que padece una cuarta parte de la
población catalana. La crisis ha dejado cicatrices que resultan muy difíciles
de curar. La Cataluña real, con su creciente aumento de la desigualdad y la
pobreza, tiene muy poco que ver con el discurso oficial y es bastante
desconocida.
La crisis ha dejado cicatrices que resultan muy difíciles
de curar. La Cataluña real, con su creciente aumento de la desigualdad y la
pobreza, tiene muy poco que ver con el discurso oficial y es bastante
desconocida
La falta de respuesta del Gobierno catalán a la cruda
realidad social de Cataluña ha sido puesta de relieve por la Mesa del Tercer
Sector, integrada por 32 federaciones de organizaciones sociales, y el Consell
Assessor de Polítiques Socials i Familiars (CAPSIF). Este último organismo,
creado por la propia Generalitat para asesorar al Gobierno para el desarrollo
del Estado de bienestar, ha reprochado la falta de interés del Gobierno catalán
por los asuntos sociales. El CAPSIF, que preside Teresa Crespo, ha lamentado
que no se llegara a celebrar la anunciada Cumbre Económica y Social en 2013, ni
una reunión con el Consell Assessor per a la Reactivació Econòmica i el
Creixement en 2014 para tratar de implementar los recursos necesarios para
hacer frente a la pobreza.
El panorama social que describe el CAPSIF y sus
reflexiones son tan ilustrativos como poco sospechosas de falta de objetividad.
En su último documento del pasado junio afirma: "Crece la desigualdad en
Cataluña y aumenta el número de personas, familias y niños con dificultades
para poder subsistir dignamente. Esta debería ser ahora y en el futuro la
prioridad del Gobierno de Cataluña".
El desempleo y la aparición de los llamados
trabajadores pobres son los factores que más están contribuyendo al aumento de
la pobreza
En Cataluña hay 726.200 parados, según la última
Encuesta de Población Activa del segundo trimestre de este año. La reducción
del desempleo del 5,7% en el último año ha sido más lenta que en el conjunto de
España (-8,4%). Un trabajo del sindicato UGT profundiza en el drama del paro al
destacar que 312.000 de estos desempleados llevan más de dos años sin trabajo y
más de 200.000, más de tres años en una situación de absoluto desespero.
El desempleo es sin duda uno de los factores que más
está contribuyendo al aumento de la pobreza, que ha pasado del 19,2% en 2010 al
19,8% en 2013, 2,4 puntos menos que en España, según el INE. Otro indicador de
pobreza, la tasa AROPE, acrónimo de At risk of poverty and exclusion, que tiene
en cuenta otros indicadores, eleva el porcentaje de pobreza hasta el 24,3%. Es
decir, una cuarta parte de la población catalana es pobre y los niños son el
colectivo que se encuentra en una situación más necesitada. En Cataluña hay
34.000 familias sin ingresos con niños o dependientes a cargo, según la Mesa
del Tercer Sector. La entidad ha pedido al Gobierno de Mas una paga mensual de
465 euros para estas familias. El Gobierno catalán dice que antes de crear
nuevas ayudas hay que agrupar las existentes.
Las políticas restrictivas del Gobierno de la
Generalitat han acentuado el deterioro social y de las condiciones de vida, que
son especialmente difíciles para una parte importante de la población catalana,
sobre todo, los niños
En el campo de la pobreza hay que destacar la
aparición tras la crisis de los llamados trabajadores pobres debido al
hundimiento de los salarios que en el caso de los jóvenes ha supuesto un
recorte del 29%. En Cataluña la tasa de trabajadores con riesgo de pobreza es
del 12,2%, frente al 10,6% en España y 8,7% en la zona euro, según INSOCAT.
El incremento de las desigualdades sociales que se ha
acentuado durante los últimos años significa que "saldremos de la crisis
con una sociedad más polarizada entre ricos y pobres pero también más desigual
entre hombres y mujeres", según un reciente trabajo de Entitats Catalanas
d' Acció Social (ECAS). El análisis indica, por ejemplo, que las
diferencias entre hombres y mujeres en los salarios son del 19,8%, superiores
al 17,8% en España.
Las condiciones de vida de los ciudadanos se han visto
agravadas por la acción del Gobierno catalán, que ha intensificado los recortes
en el campo de la salud y la educación. El Instituto Catalán de la Salud ha
reducido su plantilla en 5.600 personas durante los últimos cuatro años. Los
recortes de plantilla han tenido un efecto directo para la salud de las
personas, por el aumento de las listas de espera, el cierre de quirófanos y
otras limitaciones. La directora de La Marea, Magda Bandera, ha escrito
un excelente e impresionante artículo sobre el impacto de los recortes
sanitarios basado en su experiencia personal. El relato factual de los hechos
constituye la mejor contribución para comprender lo que está ocurriendo.
Las condiciones de vida de los ciudadanos se han visto
agravadas por la acción del Gobierno catalán, que ha intensificado los recortes
en el campo de la salud y la educación
En el ámbito de la educación la reducción del número
de profesionales también ha sido devastadora. Actualmente hay 2.300 profesores
menos en escuelas e institutos y las universidades han perdido 1.400
enseñantes.
A la vista de este tremendo panorama social resulta
asombroso el contenido de los debates que se están produciendo en Cataluña.
Tienen bastante fundamento quienes apuntan que el acelerón independentista ha
sido una fuga del Gobierno para evitar pasar el examen de su gestión, que sabe
muy bien que merece un clamoroso suspenso.
CTXT - DdA, XII/3068
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