viernes, 17 de julio de 2015

HIELO EN PLUTÓN

 Jaime Poncela

Han descubierto hielo en Plutón. Al menos podremos tomarnos un güisqui en el otro extremo del sistema solar, lejos de tanto hijoputa, armados solo con nuestra petaca de escocés, nuestra escafandra y nuestro librito de poemas, o de prosas. Y una guitarra. Me valen Krahe, Serrat, Mendoza, Millás, Mercedes Sosa, algo de Mahler, de Juan Perro y de Los Locos. Todos allí, en Plutón. A salvo de hijos de perra, de traficantes de penas, de violadores, golpistas y estafadores. Plutón será desde ahora mi tierra prometida. Poco sol, tiempo fresco y hielo en abundancia. Igual me llevo también al perro, para que corra a sus anchas y pueda cagar y mear sin problemas de civismo que resolver. Seré un pionero que, ahora o veo, es lo que siempre quise ser. Seré por fin un adelantado después de tantos años de que me traten como a un retrasado.
Me voy a Plutón en una nave estelar, en una nave a estrenar. A ver las estrellas y a  tomarme un güisqui con la nada; a tirar de la cadena de los agujeros negros, a jugar a ser el Principito en su propio planeta; a darle un corte de mangas a toda la relatividad, al tiempo y al espacio, y también a la especie, a la mía, esta que vino del mono y va hacia la rata, la que tira niños a los contenedores, la que inventa los santos y condena a las putas, la que revienta países, maltrata a los sabios y premia a los idiotas.
Y allí en Plutón no habrá corridas de toros, ni sanfermines, ni sermones de Podemos, ni mentiras parlamentarias, ni problemas de erección (la gravedad), ni razones de estado, ni hipsters, ni fachas, ni progres, ni mangantes con escaño, ni la Troika, ni el paro, ni otro rey que no sea el de copas o el del ajedrez porque igual me llevo también una baraja y un tablero para hacer solitarios o retar al perro que tiene algo de ruso pre soviético y trabaja muy bien el jaque pastor (alemán).
Hay hielo en Plutón y esta es la mejor noticia que nos han dado en meses porque, a una mala, lo mismo Alsa pone un servicio con paradas y terminamos por juntarnos allí los de siempre, los hartos de estar hartos, a tomarnos unas copas a la salud del Universo que nos estará mirando, y pasear animados entre dunas y cráteres, alumbrados por supernovas y algunas amigas supermonas que sumarán a la expedición para que ese paraíso desértico y estelar sea una belleza redonda y completa, un placer esférico y astral sin extradición a cuyas costas llegaremos en nuestras pateras que quemaremos en una hoguera que algún astrónomo terrícola verá en su telescopio y tomará por un signo de vida inteligente en Plutón. La nuestra.

Artículos de Saldo DdA, XII/3029

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