Félix Población
Nadie sabe lo que ocurrirá hoy en las urnas de Grecia, pero estoy convencido
de que lo que suceda va a ser decisivo para el porvenir de Europa, sobre todo
en lo que respecta al dominio del miedo o al dominio de la libertad. El sí de
Grecia significará que el imperio del dinero le ha podido, mediante el miedo, a
la raíz y fundamento de la democracia, cuyo solar original radica precisamente en ese
pequeño país del Mediterráneo.
Coincido con Monedero en que también antes de la
Segunda Guerra Mundial se daban una serie de amenazas que ponían en peligro la
democracia y con las que el continente fue débil. El castigo de La Troika,
según mi estimado profesor, no es menor al auge de partidos como el hitleriano.
¿Exagerado? Me temo que no, porque ese peligro se está dando ahora en una nueva y todavía impredecible versión.
Entre los carteles en pro del no que inundan las calles de Atenas -cuentan los cronistas- hay uno del ministro de Finanzas alemán cuya imagen, tensa y dura, recuerda a los ciudadanos todo el lustro de rigurosas austeridades soportado por la mayoría de la población. Quienes impusieron esos cinco años de privaciones y pérdida de derechos sociales abogan hoy por el sí, lo que debería bastar a los griegos para votar por lo contrario. Ese Wolfgang Schäuble presenta una imagen que parece abundar en el ensañamiento con el que la UE pretende castigar políticamente a Grecia a fin de que gobiernos como el de Syriza no sean posibles en países como el nuestro, ni en cualquier otro, como vía alternativa a esa Europa de los Mercaderes cada vez más privada de contextura social y democrática.
Entre los carteles en pro del no que inundan las calles de Atenas -cuentan los cronistas- hay uno del ministro de Finanzas alemán cuya imagen, tensa y dura, recuerda a los ciudadanos todo el lustro de rigurosas austeridades soportado por la mayoría de la población. Quienes impusieron esos cinco años de privaciones y pérdida de derechos sociales abogan hoy por el sí, lo que debería bastar a los griegos para votar por lo contrario. Ese Wolfgang Schäuble presenta una imagen que parece abundar en el ensañamiento con el que la UE pretende castigar políticamente a Grecia a fin de que gobiernos como el de Syriza no sean posibles en países como el nuestro, ni en cualquier otro, como vía alternativa a esa Europa de los Mercaderes cada vez más privada de contextura social y democrática.
¿Cómo ha de fiarse los más de los griegos -esos
que decidirán hoy su futuro- del criterio a favor del sí del exprimer ministro Kostas Karamanlís, el mismo que falsificó las cuentas de su país con el apoyo de
Goldaman Sachs, entidad de la que fue vicepresidente el actual presidente del Banco
Central Europeo, Mario Draghi, y que estuvo involucrada, por lo tanto, en el origen de la crisis de la deuda soberana en
Grecia?
DdA, XII/3019