"Las personas y las sociedades no
podemos permitir que conculquen nuestra libertad y nuestros derechos, pues, en
tal caso, nos demos o no nos demos cuenta de ello, estamos muriendo por
dentro”
Lazarillo
Durante dos años menos un mes, Antonio Aramayona, profesor jubilado de Ética y Filosofía, estuvo apostado ante el portal de la vivienda de la consejera de Educación del Gobierno de Aragón en pro de una enseñanza pública y laica. La posibilidad -luego confirmada- de que ese gobierno ya no sería el mismo tras las pasadas elecciones, hizo que quien dio diaria noticia de su presencia en su Diario de un Perroflauta Matorizado pusiera punto final a su presencia en la calle Alfonso de Zaragoza. A partir de hoy, sin embargo, Antonio manifestará su protesta en la calle del Coso, donde tiene su residencia el actual Delegado del
Gobierno de España en Aragón, Gustavo Alcalde Sánchez, por la política de recortes en los derechos y libertades aplicada por el Gobierno del Partido Popular. Este DdA publica esta noticia una vez recibido el artículo donde Aramayona expone sus razones, sin que sepamos a ciencia cierta si esa protesta será permitida o no. Lo que dice Antonio es esto:
"A estas alturas de mi bregar en y por
la vida, me niego a sucumbir al orden criminal que los poderes financieros y
especulativos están sometiendo al mundo. No se han atrevido a llevarlo a cabo y
presentarlo en sociedad hasta hace unos años, pero ahora, dueños de los medios
de comunicación y de los aparatos de propaganda mundiales, han logrado la
mendaz identificación en muchas mentes de su “orden” con una sacra palabra que,
según ellos, es la única que garantiza seguridad y bienestar: “sistema”. Para
los amos explotadores del mundo fuera del sistema (su sistema) no hay
salvación. Pues bien, precisamente por eso me declaro abiertamente antisistema,
anti-su-sistema.
Su sistema de alienación de la
humanidad de cada ser humano y principalmente de sus derechos más fundamentales
y elementales instaura un sistema de hambre, explotación, pauperización y
precarización de la mayor parte de la población a manos de una minoría cada vez
más rica y acaparadora de los recursos naturales más necesarios en su propio
beneficio. A través de este “juego” de explotación y rapacidad pretenden
aniquilar los derechos humanos, el estado de bienestar conseguido con la
sangre, el sudor y las lágrimas de muchas personas heroicas, así como las
libertades cívicas. Para ello corrompen, manipulándolos, el lenguaje y las
palabras más fundamentales sobre las que se sustenta la dignidad humana, como
“libertad”, “justicia”, “trabajo”, “paz”, etc.
¿Qué hacer entonces? El orden que
impone el sistema es violento (se suele hablar de él como “violencia
estructural”) y no conoce otro medio que la violencia. Desde el ámbito de mi
conciencia ética personal y social me parecen insuficientes e ineficaces
algunos medios usuales de protesta (manifestación, concentración, escrito de
repulsa, etc.), pues la violencia estructural ha de combatirse con una
contraviolencia constante y contundente basada en la resistencia pacifica.
Una gota de agua es una nadería, pero
muchos y muchas podemos formar un maremoto capaz de derribar el menor vestigio
de un sistema que decide cada día cuántos y quiénes van a morir de hambre o
quedarse sin vivienda o sin trabajo en el mundo o en un determinado país. Nos
quieren inculcar en muchos de los medios de comunicación que el enemigo a
combatir es la inmigración “ilegal” y el “terrorismo” yihadista, ocultándonos
que el principal enemigo común es la oligarquía financiera que monopoliza los
beneficios y privatiza los recursos y los servicios.
¿Qué hacer, entonces? Cuando me preguntan
si he conseguido “los objetivos” tras permanecer 23 meses (03.06.2013 a
30.04.2015) apostado cada mañana en el portal de la vivienda de la Consejera de
Educación del Gobierno de Aragón, suelo responder que así he conseguido al
menos algo muy importante: hacer coincidir en mí cada día lo que pienso, lo que
quiero, lo que hago y lo que debo. Y por coherencia con ello, decido también
seguir luchando mediante fórmulas de contraviolencia diaria que molesten y
hagan daño a los servidores y lacayos locales del sistema basadas en la
resistencia pacífica y la desobediencia civil. Nada tengo que perder, esa es mi
arma más poderosa y liberadora. Y continuaré diariamente esa lucha contra el
sistema de recortes y demolición de los derechos y libertades.
A partir del lunes, 1
de junio de 2013, todas las mañanas, de 11 a 13 horas, de lunes a viernes,
quiero manifestar públicamente en la calle mi rechazo a los deshumanizadores
recortes de los derechos y las libertades por parte del Gobierno español,
presidido por Mariano Rajoy. Me manifiesto cívica y pacíficamente siempre, en silencio,
portando solo un cartel que denuncia el actual estado de cosas y expresa mi
apuesta incondicional por que otro mundo es posible, un mundo justo, libre,
noviolento, donde se hagan cada día más efectivos los derechos humanos
(vivienda, trabajo, educación, sanidad, asistencia a la dependencia, pensiones,
etc.), donde no impere la ley de los recortes en detrimento solo de quienes
cada vez tienen menos, en beneficio de quienes cada vez son más ricos.
Me manifiesto en la
zaragozana calle del Coso, donde tiene su residencia el actual Delegado del
Gobierno de España en Aragón, Gustavo Alcalde Sánchez.
Si un día
me echan de allí, volveré cívica y pacíficamente al día siguiente. Si un día me
multan, volveré cívica y pacíficamente al día siguiente.
Como escribí en mi blog
el 2 de junio de 2013, víspera del primer día de protesta en el portal de
la Consejera de Educación:
“Los seres vivos no pueden vivir sin agua, pues morirían. Los seres vivos
no pueden vivir sin aire, pues morirían. Las personas y las sociedades no
podemos permitir que conculquen nuestra libertad y nuestros derechos, pues, en
tal caso, nos demos o no nos demos cuenta de ello, estamos muriendo por
dentro”.
Nada tengo
ahora que añadir.
DdA, XII/3018
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