
Ramón Cotarelo
Es inútil explicar a esta desalmada que los muertos, aunque sean de otro bando, merecen un respeto. Algo que practican los seres humanos, hasta los más belicosos, desde el origen de los tiempos. Que practican hasta los animales. Inútil porque, en la escala de la evolución, Aguirre no llega ni a animal y mucho menos racional. Es un protozoo cargado de maldad y estupidez a partes iguales.
Es inútil explicar a esta desalmada que los muertos, aunque sean de otro bando, merecen un respeto. Algo que practican los seres humanos, hasta los más belicosos, desde el origen de los tiempos. Que practican hasta los animales. Inútil porque, en la escala de la evolución, Aguirre no llega ni a animal y mucho menos racional. Es un protozoo cargado de maldad y estupidez a partes iguales.
Con independencia de si los abogados de Atocha luchaban por la
democracia o por la revolución que, obviamente, no es lo mismo y para
Palinuro está muy claro, nadie tiene derecho a segar sus vidas a tiros.
Y ya solo ese martirio los hace acreedores a tanta honra como desprecio
merecen sus asesinos y quienes directa o indirectamente, como este
protozoo, les bailan el agua.
Por muy servil, acobardada, estupidizada y enajenada que esté la gente
en España y en concreto en Madrid, en donde se concentra lo peor del
Estado, sigue siendo un misterio cómo alguien tan desprovisto de
inteligencia, tolerancia, tacto, buen gusto y formas y tan sobrado de
imbecilidad, arrogancia, chulería, beaterío, puede no ya ser candidata a
algo, sino atreverse a hablar en público y que alguien la escuche.
Sobre todo lo último: que alguien la escuche. Yo me entero de lo que
dice por los comentarios indignados de las gentes sensatas en las redes.
Si nadie le prestara más atención que la que merece a lo mejor se
callaba de una vez solo por no escucharse a sí misma y morirse de asco.
El protozoo que se alzó con la presidencia de la Comunidad a base de
sobornar a dos sinvergüenzas, el que financió sus campañas con dineros
defraudados al erario, que se valió de una Fundación tramposa como
Fundescam para sus trapacerías, el que llenó Madrid de ladrones y
sinvergüenzas, todos ellos exquisitos neoliberales que solo robaban lo
público a favor de sus propios bolsillos, el que se rodeó de Granados,
Lópeces Viejos, Victorias, Sepúlvedas, "albondiguillas", Güemes,
Lamelas, Gonzáleces y otros infusorios del trinque, el mangue, el
expolio, el enchufe y la mamandurria.
El protozoo que tiene media familia neoliberal chupando del Estado, como
ha estado haciendo él toda su vida mientras daba mordidas
privatizadoras para enriquecer a una chusma de parásitos que todavía
vale menos que él.
Ese protozoo se permite el lujo de hablar con desprecio de una gente
que, con independencia de su ideología concreta, merece un respeto al
que esta gusanera de sinvergüenzas jamás podrá aspirar.
Palinuro / DdA, XII/2997
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