Ana Cuevas
El
tufillo pre-electoral flota en el ambiente facilitando que algunos se
embriaguen de él y obren el prodigio de reconocer errores pasados. Pero
solo a medias, enseñando la patita de las buenas intenciones sin acabar
de materializar este milagro de forma concluyente. Es lo que le pasa al
gobierno con la atención sanitaria a los sin papeles. Dice que se
les prestará asistencia pero que no tendrán tarjeta sanitaria. Una
medida electoralista pero maricomplejines y absurda. Si disparatado fue
retirarles los derechos sanitarios hace tres años, mucho más lo es
devolvérselos a medias ahora. Y menos sin haber reconocido el grave
error que supuso, no solo desde el punto de vista humanitario sino
también económico, por la proliferación de pandemias que a la larga
generan mayor coste social. No es fruto de una reflexión ni contiene
ningún ánimo de enmienda. Es un mero acto de campaña. Un brindis al sol
tratando de rascar algún voto atontado.
Igual
que eliminar las tasas judiciales, retirar la ley del aborto o rebajar
los tramos del IRPF. Las mismas medidas que el gobierno defendió como
dogmas e impuso con su brutal mayoría a la sociedad española, en periodo
electoral se barren bajo la alfombra de las vergüenzas. Como decía el
genial Groucho: Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros.
Sería
del genero tonto olvidar que con el gobierno del PP, la sanidad pública
española recibió el mayor ataque de su historia. Y que todo obedece a
oscuros intereses privados que han visto en el botín sanitario la
alternativa al ladrillazo que los hizo millonarios.
He
leído en prensa que la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, ha
pagado ingentes cantidades de dinero público para hacerse auto-bombo en
medios como ABC, Expansión u Onda Cero.
Como
mi vida es un circo, he pasado casi una semana hospitalizada a causa de
una intervención quirúrgica en el Hospital público zaragozano Lozano
Blesa. Allí me he encontrado con un personal comprometido que hace de la
necesidad virtud para suplir la falta de recursos. Gente que demuestra
todos los días que el factor humano es la garantía para ser un buen
profesional. Ya seas limpiadora, auxiliar, enfermero, médica o
presidenta de la comunidad de Aragón. Lo que te va a definir al final es
tu factor humano. O su ausencia.
Por
mucho que la Rudi se compre entrevistas y primeras planas eso no le va a
insuflar un alma. Le pasa como al resto de sus compañeras y compañeros
de partido, que no resulta creíble. Y mucho menos despilfarrando la
pasta de todos en su loca auto-promoción mientras en los hospitales
públicos aragoneses cada vez hay menos personal y falta hasta el
esparadrapo.
Es esa doble
moral con la que se maneja esta gente lo que no debemos olvidar. Su
facilidad para sacrificar el interés general al del partido. O al propio
mismo si se tercia la oportunidad.
Ya
nos han demostrado la calidad de su factor humano. Ahora solo queda que
demos una respuesta proporcionada en las urnas a tanta inhumanidad.
DdA, XII/2970
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