Andrés Lima*
No voy a aportar datos, ni números, ni estadísticas, ni previsiones
de futuro, ni análisis del pasado. Ya hay muchos y buenos. Sólo voy a
quejarme.
El 21% de IVA ha destrozado el tejido de esta profesión llamada
teatro. Un tejido creado poco a poco desde hace años, que ha dignificado
esta profesión y la ha colocado donde debe estar: como fuente de
trabajo de todo un sector, el Espectáculo.
Teatros, cabarettes, bares, microteatros, boîtes, cafés teatros,
centros culturales, espacios alternativos y todo lugar donde se celebre
el hecho teatral, se están vaciando. De público y de trabajadores.
Espectáculos cada vez con menos recursos.
Artistas mal pagados o autoexplotados.
Inestabilidad en las compañías.
Reducción de producción en las grandes empresas del espectáculo.
Temor en la elección de temas que dificulten la venta.
Ausencia de riesgo en las propuestas.
Menos producciones contemporáneas.
Menos presencia femenina en las propuestas.
Menos presencia en general en las propuestas.
Menos presencia o dinero para los oficios complementarios del teatro:
Menos dinero en escenografía y vestuario
Todo se soluciona con la luz, pero hay menos iluminadores o no se soluciona o no se ve. Y etcétera, etcétera, etcétera.
Y así con cada eslabón de esta cadena llamada Teatro.
Parece broma, pero en una profesión de tejido tan endeble lo mismo
vale un roto que un descosido, y si los presupuestos aprietan se
amateuriza todo lo que no se conoce o respeta del todo, y estoy hablando
de los productores de este país, incluido yo mismo, que tendemos a
devaluar lo que nos sale caro. No es una acusación, los productores de
este país están haciendo el esfuerzo más grande desde hace mucho tiempo,
pero es una cadena.
Del productor al distribuidor y de éste al programador, que ha puesto
de moda la frase "… y por supuesto no hay dinero “. Y es que no hay
dinero. Sobre todo si el impuesto te trata como artículo de lujo. Si
cada gremio del teatro tuviera sus derechos, no sucedería así. Y esa es
la impresión que me da; que con el 21% de IVA pisotean muchos derechos
que ni siquiera tenemos regulados, se nos ahoga sin saber exactamente de
dónde viene el agua. El agua se filtra por todas partes, pero se regula
desde la administración. Y el 21% no es justo, si lo que quieres es
defender la cultura, el teatro.
Otra cosa es que no quieras.
*Andrés Lima es actor, director y productor teatral, y en este momento prepara una versión de Medea en el teatro de la Abadía de Madrid.
CTXT DdA, XII/2983
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