Lazarillo
Si el ciclismo y hasta el gusto por la bicicleta por sí misma no se merecen cuanto se ha cebado sobre este deporte en los últimos años a cuenta de los estimulantes que han enlodado las grandes competiciones mundiales, mucho menos cabría esperar que los miserables -el adjetivo es muy corto- también estuvieran apostados ex profeso al pie de una meta para cometer la tropelía/atentado que observamos en el vídeo y esperamos tenga un riguroso castigo. El pasado
jueves, la ciclista australiana Loren Rowney disputaba un brioso sprint -siempre tan espectacular y emocionante- a la
campeona italiana Giorgia Bronzini en una etapa del Tour de Drenthe
(Holanda), cuando una mano la desestabilizó con descaro moviéndole la
dirección. Caída brutal, que pudo haber sido incluso mucho más grave, y sensación de impotencia, dice la nota informativa. La salvajada,
que ha dado la vuelta al mundo, no solo le costó la etapa a la ciclista italiana, sino que
Giorgia tendrá que pasar una temporada sin correr por una fractura de
clavícula. Por favor, den las autoridades holandesas con ese energúmeno y aplíquenle una penalización ejemplar. Estoy seguro de que sería muy ejemplar si esta incidencia hubiera ocurrido en una competición internacional protagonizada por varones. ¿Se la imaginan, por ejemplo, en el tour de Francia? Sorprende que haya sido en Holanda, país que tanto apego y respeto tiene por la bicicleta, donde se haya dado tal acto de barbarie.
DdA, XII/294
No hay comentarios:
Publicar un comentario