Una vez más, y ya son muchas, celebramos con gusto el último
programa de Salvados, emitido ayer por La Sexta y dedicado a la educación
financiera, esa asignatura optativa con la que se pretende encauzar a los
adolescentes en un mañana más atenazado aún a las disposiciones de quienes de verdad malgobiernan el mundo.
Llama la atención que cuando la profesora de la asignatura
va desglosando en la pizarra los varios tipos de gastos que se especifican en
el programa (obligatorios, necesarios y superfluos), haya
quien prefiera pagar los primeros -entre los que figura la hipoteca de la casa-
antes que la alimentación –considerada gasto necesario- porque, al fin y al
cabo, siempre habrá un banco de alimentos o familiares a mano que nos ayuden a satisfacer esta necesidad básica. Insertan esos alumnos, por lo tanto, la beneficencia en su porvenir, aunque sea más propia de la lejana posguerra.
Sólo esa consecuencia u otras derivadas de una materia en la
que se le enseña al alumno a cómo especular como accionista con el precio del
trigo -el pan de cada día-, tal como figura en el libro de texto “Mi primera economía. Ahorro e
inversión”, aprobado por la Junta de Castilla y León, bastarían para darnos una
idea de ese mañana adoctrinado por los poderes financieros. Mientras, tal como
explicaba en la misma emisión un profesor de Filosofía, esa asignatura queda
subsumida a una extraña Metafísica de la Empresa que vaya a usted a saber qué
es, pero no -desde luego- espíritu y capacidad crítica o de discernimiento.
El representante de Triodos Bank se refirió en el programa a
las gravísimas circunstancias que vive nuestro país, con una jóvenes generaciones “educadas”
en una actualidad mediática colmada por la corrupción política y bancaria, al
tiempo que cada vez más apartados de la educación humanísticas y de la filosofía como más sólidas salvaguardas de otro tipo de
sociedad más justa que combata esas lacras.
Acabamos de enterarnos que un matrimonio de ancianos, residente en Las Palmas de Gran Canaria, murió
de hambre hace unos días, posiblemente sin
saber nada de que sus nietos pueden estar siendo educados en una materia que
prima el pago de la hipoteca sobre el propio derecho a la nutrición. Ayer fue
noticia que las listas de espera de la Dependencia se han reducido, pero solo
porque más 8000 beneficiarios que tenían reconocido ese derecho han fallecido.
Lo cierto es cada hora del año pasado murió un dependiente sin recibir la
atención a la que tenía derecho.
Si estos lamentables y vergonzosos hechos se están dado como consecuencia de la crisis/estafa propiciada por la dictadura financiera que soportamos, no parece lo más idóneo educar en los valores y objetivos en que se basa ésta, pero ya ven que sí. Y yo a esto lo llamo barbarie programada.
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