RAJOY DA LA TALLA DE LA MENTIRA Y LA INDIGNIDAD
Félix Población
¿Es así como el jefe del Gobierno
celebra los supuestos éxitos de su ejecutoria, atacando de modo personal y
rastrero al nuevo líder de la oposición y diciéndole que no tiene talla para
acceder a La Moncloa? ¿Pero quién se cree que es este impresentable registrador
de la propiedad llegado a la presidencia del Gobierno por el dedo de un
antecesor cuyo nombre ha quedado enfangado para siempre en la gran mentira de aquel trágico e inolvidable
11-M? ¿Hasta tal punto ha puesto de los nervios al partido gubernamental el
aliento fresco y revitalizador de Podemos o el crecimiento demoscópico de Ciudadanos que no ha sabido Rajoy rebatir a su
adversario más que con el argumento de creer a Sánchez interpretando el papel
de Pablo Iglesias?
Es una pena que para esto último
al PSOE actual le falte toda la credibilidad que fue dilapidando en el pasado,
sobre todo en los últimos años del gobierno de ZP. Por muy buena voluntad que
haya puesto Pedro Sánchez y por más que ayer haya pretendido sustituir la
ausencia del nuevo partido de Iglesias en el Congreso de los Diputados con un discurso que
podría asemejarse al del líder de Podemos, nada en ese PSOE invita a creer
en ese parecido.
Tenemos, así pues, a los dos
partidos del bipartidismo hasta ahora vigente sumamente enfermos de embustes y
falta de credibilidad. Rajoy dedica dos minutos a la gran tara de la corrupción,
que es actualidad permanente en los medios informativos, y sus diputados se
ausentan de los escaños cuando Alberto Garzón -en una excelente intervención que lo reafirma como un líder político notable- interpreta y deja oír en el hemiciclo la voz de la de
calle. Mientras, Celia Villalobos, juega
en su tablet al Candy Crush durante el tiempo en que le toca presidir la tribuna.
Desconozco las razones y los argumentos en que se basará Pablo Iglesias esta tarde, en el Círculo de Bellas Artes, para hacer
la lectura crítica de las sesiones parlamentarias
celebradas ayer y hoy, pero tengo la sensación de que esas sesiones no le dieron la victoria ni a Rajoy ni a Sánchez, sino a él. Puede que lo ratifique hoy, si su interpretación es inteligente y puntualiza más en su alternativa, a la espera de lo que digan las próximas encuestas.
El Tuiterío
DdA, XII/2931
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