Félix Población
Después del deplorable espectáculo servido por don
Mariano en el Congreso, con las no menos bochornosas “intervenciones” de los
diputados de su partido tratando de interrumpir el discurso de Pedro Sánchez
con gritos y abucheos, los ciudadanos de Madrid tuvieron ayer oportunidad de
asistir a dos eventos políticos mucho más reconfortantes, protagonizados por sendos profesores comprometidos con la política.
Puede que el PSOE esté muy tocado, desfondado y en
crisis, pero alocuciones tan bien articuladas y con indudable prestancia conceptual como la de Ángel Gabilondo ayer, en el acto de
presentación de su candidatura a la presidencia de la región, son sin duda gratificantes y gustosas de escuchar, sea cual sea el grado de credibilidad que conserve
ese partido político, que a mi juicio es muy poco.
Recordó en efecto Gabilondo el estilo de Tierno Galván, personalidad tan vinculada a la memoria de Madrid, con un discurso profesoral acogido con muy buena disposición por más de un millar de incondicionales asistentes, que celebraron sus requerimientos a la economía del conocimiento y sus llamadas a luchar contra la pobreza, defendiendo un pacto intergeneracional entre los mayores de 50. También habló de un partido abierto a la ciudadanía, algo que en verdad es difícil creer después de las circunstancias que se dieron para que Gabilondo fuera cabeza de cartel en las próximas elecciones autonómicas.
Entre el “viejo profesor” de finales de los setenta y primeros ochenta, por muy nostálgico que se ponga el PSOE, y el partido de la segunda legislatura de ZP, han ocurrido demasiados desperfectos en detrimento de esas siglas. Podrá aliviarlos mejor el nombre de Ángel Gabilondo que el del candidato defenestrado a la hora de recolectar más votos, pero tampoco creo que puedan ser los suficientes como para vencer esta primavera en la comunidad madrileña.
Pablo Iglesias, por su parte, dio la oportuna y pormenorizada réplica también ayer en el Círculo de Bellas Artes al mendaz discurso del Presidente del Gobierno, también ante un aforo abarrotado e incondicional. "El mercado no crea trabajo por sí mismo”, dijo el secretario general de Podemos. “Ni rebajando cotizaciones ni facilitando el despido. Hay que aumentar la productividad, impedir los contratos temporales injustificados, que el despido sea la última opción”. Iglesias acusó a Rajoy de poner en marcha “medidas propias de fanáticos”. "Un verdadero patriota defiende la industria nacional, lo contrario que han hecho ustedes".
También subrayó en su discurso
–frecuentemente interrumpido por los aplausos del público simpatizante- uno de
los puntos clave del programa económico de su partido: un impuesto para la
riqueza como el de Francia, donde se recauda por este concepto -según Iglesias- un 0,23% del
PIB. “Es más eficiente que subir el IRPF, porque la renta puede esconderse.
Pero es más complicado llevarse la mansión a Suiza, se lo puede preguntar a sus
tesoreros”, dijo Iglesias dirigiéndose una vez más a don Mariano, como si el Jefe del Gobierno le escuchara desde el banco azul.
El secretario general de
Podemos enmarcó este nuevo impuesto en una reforma tributaria más amplia
que llevaría a España a recaudar lo mismo que la media de Europa y que en
España supondría, según los datos ofrecidos por Iglesias, 92.000 millones
extras para las arcas del Estado. "Están robando a los ciudadanos de mi país
y no lo vamos a consentir", afirmó Pablo Iglesias”.
Me hubiera
gustado que Ángel Gabilondo, cuando apeló a luchar contra la pobreza, hubiera coincidido
con el líder de Podemos en este punto. Al fin y al cabo, en Francia gobierna un
Partido Socialista. Lo que faltaría discernir, en ese caso, sería el grado de credibilidad que tendrían uno y otro en la calle, un ámbito que el PSOE no ha dejado de ir perdiendo en los últimos años. Por eso, entre otras causas, está en la calle Podemos.
PS.- Dicen que en el Partido Popular sentó muy mal no solo el tratamiento dispensado a Pablo Iglesias en Tele 5 -como si fuera un Rajoy o un Sánchez-, sino el carácter "suave" de la entrevista realizada por Pedro Piqueras. Igual fue esto lo que puso tan de los nervios a la bancada pepera y al propio don Mariano durante sus intervenciones en el debate sobre el estado de la nación.
PS.- Dicen que en el Partido Popular sentó muy mal no solo el tratamiento dispensado a Pablo Iglesias en Tele 5 -como si fuera un Rajoy o un Sánchez-, sino el carácter "suave" de la entrevista realizada por Pedro Piqueras. Igual fue esto lo que puso tan de los nervios a la bancada pepera y al propio don Mariano durante sus intervenciones en el debate sobre el estado de la nación.
DdA, XII/2932
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