Por una parte, nos quieren demostrar que los de Podemos son un partido
tan corrupto como cualquiera, y por otro, que si no lo son todavía en la
misma medida alcanzaran ese nivel en cuanto accedan al gobierno. Triste
destino.
José Manuel Ponte
Ha
provocado enorme satisfacción entre nuestros políticos más corruptos (y
no menor entre los periodistas afines) saber que el número tres de
Podemos, Juan Carlos Monedero, se apresuró a presentar una declaración
complementaria del IRPF sobre unos ingresos al parecer incorrectamente
calculados en el ejercicio fiscal de 2013, y que la Hacienda de Montoro
investigaba con ánimo de pillarlo en un renuncio. Los ingresos (425.150
euros) habían sido facturados a través de una sociedad instrumental por
unos supuestos trabajos de asesoramiento a los gobiernos de Ecuador,
Bolivia, Venezuela y Nicaragua, a los que se viene acusando de apoyar
financieramente a Podemos.
Es dudoso que el Ejecutivo español se atreva a investigar contratos declarados legales por cuatro gobiernos con los que tiene tantos intereses comerciales (y menos después de su colaboración en el bochornoso secuestro del avión de Evo Morales), pero ese hecho continuará alimentando la especie de la connivencia bolivariana con la formación dirigida por Pablo Iglesias.
La diferencia
entre pagar 70.417 euros por unos ingresos de 425.150 (tipo efectivo del
19,27% si se aplica el impuesto de Sociedades) o 200.000 (tipo efectivo
del 44% si se aplica el IRPF) es notable y plantea un dilema ético, ya
que el asunto, tanto desde el punto de vista penal como del
administrativo, queda resuelto mediante la declaración complementaria.
Porque lo que ha hecho Monedero, montar una sociedad pantalla para pagar
menos a Hacienda, es una práctica habitual en España entre artistas,
deportistas financieros, políticos y profesionales liberales. Una
práctica de la que hizo cumplidos elogios Josep Piqué, conspicuo
militante comunista que acabó siendo ministro de Aznar. A Piqué, que fue
acusado de fraude e investigado por la Audiencia Nacional, se le
descubrió que tenía alquilada su lujosa mansión de Barcelona y un chalé
de veraneo en el Pirineo catalán a nombre de una sociedad pantalla
llamada Loreto Consulting, pero reaccionó con gran agilidad mental. "Lo
que tiene que hacer la gente -vino a decir- es disponer de un buen
asesor, o ingeniero fiscal, y acogerse a lo que más conviene". Ni qué
decir tiene que fue absuelto con todos los pronunciamientos favorables.
La doctrina Piqué tuvo un éxito enorme y en los años felices del
pelotazo continuo se acogieron a ella los más listos del país. Hasta
hoy.
No me gusta lo
que ha hecho Monedero, ni tampoco creo que ese dinero fuese para su
exclusivo beneficio. Pero me horroriza aún más que la misma Hacienda
pública que decretó una amnistía fiscal para los grandes defraudadores
pueda convertirse en un instrumento de acoso político. Y sobre todo me
horroriza ver las expresiones de regocijo de todos aquellos que,
habiendo practicado y ocultado la corrupción a gran escala, se
escandalizan con la actuación de Monedero. Ni cuantitativa ni
cualitativamente son equivalentes. El mensaje de esa gente es demoledor.
Por una parte, nos quieren demostrar que los de Podemos son un partido
tan corrupto como cualquiera, y por otro, que si no lo son todavía en la
misma medida alcanzaran ese nivel en cuanto accedan al gobierno. Triste
destino.
DdA, XII/2920
3 comentarios:
Para sentirse satisfecho con este sistema.
Me parece rotundamente significativo que políticos de la casta un periodistas deblqs castavewt3n a una en contra de Podemos. Les atacan con la única herramienta que conocen, la de la corrupción. No irán muy lejos. Apestan.
De acuerdo con el artículo en casi todo. Pero no veo la diferencia entre unos y otros. Uno al ataque y otros a justificar cualquier indicio de trapo sucio. NO
HAY DIFERENCIA ALGUNA, unos y otros usan la ideología para justificar lo que quieran a placer sin entrar en el fondo.
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