Luis Casado*
Servidor
no es tevito, y si miro la cajita idiota lo hago mayormente para ver
noticias y reportajes. Eso te permite descubrir perlas como la que te
cuento ahora, atento el personal.
En
Televisión Española Internacional estaba anteayer la periodista María
Casado (nada que ver conmigo, que yo sepa) conduciendo su emisión
matinal “Desayunos en TVE”. Los invitados, otros periodistas, comentaban
la muy desigual batalla que se libra ante nuestros ojos, entre Grecia y
la troika compuesta por la Unión Europea, el Fondo Monetario
Internacional y el Banco Central Europeo.
Estos
plumíferos con acceso a los grandes medios vienen en comisión de
servicios: no a informar, analizar o comentar, sino a condenar a Grecia
en nombre de… ¿En nombre de qué, en realidad? En nombre de los intereses
de los mercados financieros, que son los que les pagan. De modo que
unos y otros abundaban en falaces argumentos destinados a desprestigiar
la valiente actitud del gobierno griego, que rehúsa seguir pagando
eternamente una deuda impagable, contraída por gobiernos irresponsables,
en beneficio de… los mercados financieros.
Un
proverbio africano dice: “Uno es amo de las palabras que desea
pronunciar, pero se transforma en su esclavo cuando ya salieron de su
boca”. Otra forma de decir “Por la boca muere el pez”, o si prefieres
“Antes de decir nada hay que darle siete vueltas a la lengua en la
boca”.
El
periodista que te cuento, falto de argumentos, afirmó que “La noción de
Soberanía ha cambiado, ahora el que manda es el que paga…” En otras
palabras, los países que tienen deuda soberana no son Soberanos y no
pueden pretender adoptar sus propias políticas. Quién debe dirigirlos
son los acreedores, o sea los mercados financieros. ¿Qué te parece?
Desde
luego este cretino se refería sólo a Grecia. Al muy tunante no se le
ocurrió precisar que entre los países más endeudados del planeta están
Japón, los EEUU, Italia, Irlanda, Portugal, Francia…
Su
línea argumental, de una simplicidad rayana en la subnormalidad, iba
de: “Países que no tienen plata han pagado o están pagando… como
Irlanda, Portugal, e incluso nosotros, los españoles…”.
Justamente.
Irlanda, ese paraíso fiscal que prácticamente redujo los impuestos a
las empresas a cero, se hundió apenas vino la crisis de los subprimes
(2007). Su sistema bancario quebró, y los irlandeses pagarán las habas
que se comió el burro durante más de 30 años. Digo los irlandeses… No
las empresas ni los bancos irlandeses.
En
España pasó más o menos lo mismo. Un ejemplo: Rodrigo Rato, ex
Director-gerente del fondo Monetario Internacional, fue investido
presidente de Bankia (ex CajaMadrid). Allí se las arregló para amamantar
a una recua de ladrones (el proceso está en curso) y para perder más de
40 mil millones de euros. ¿Quién está pagando? El pueblo español, para
lo cual Zapatero y Rajoy le impusieron recortes presupuestarios a la
educación, a la salud, a las asignaciones familiares, a la investigación
científica, a los programas sociales, etc. Ese es el brillante ejemplo
del tarado que María Casado invitó a TVE.
Los
ejemplos son miles, confundidos en una marea negra de corrupción, robo,
pillaje, concusión, incuria y fraude fiscal, en los que han metido las
manos desde el rey Juan Carlos I y su infantita, hasta los líderes de
los partidos “de gobierno” PP (derecha) y PSOE (‘izquierda’), sin
olvidar a las centrales sindicales que encontraron el modo de participar
del festín.
A
tal punto que el PP y el PSOE buscan rostros jóvenes, o como dirían en
Shhhile, “nueos líerahgoh”, de preferencia tíos que presenten bien,
guapos, elegantes, y ajenos a la basura en la que nadan desde los
tiempos felices de la orgía Felipista, ese rufián que ahora es el porta
maletas de Carlos Slim.
El
PSOE se saca de la manga a un apuesto Pedro Sánchez, con la arriesgada
misión de salvar un partido en franca perdición, mientras el PP encontró
en el fondo de una chistera no un conejo, sino a un Pablo Casado (nada
que ver conmigo, que yo sepa) mozalbete, rozagante y hablantín, con la
no menos aventurada tarea de salvar a la derecha cavernaria.
Hasta
ahora ninguno de los dos aparece involucrado en ningún chanchullo,
ninguna estafa, ni ventas forward, ni operaciones inmobiliarias, y ese
parece ser su principal y tal vez único mérito. Paciencia… ya se verá.
Ninguno
de ellos, ocupados como están en la campaña del terror contra PODEMOS,
se ha referido a esta nueva concepción de la Soberanía, una que depende
del billete de cada cual.
Visto
así, es fácil entender que según los politicastros shhhilenoh la
Soberanía de la nación resida en el Parlamento y no en el pueblo de
Chile. Ya puestos… visto que 90% de los hogares están muy, muy
endeudados, la Soberanía debiese residir en el Banco Chile y el
Santander.
O para ponerla más fácil, en la familia Luksic y la familia Botín (los bien nombrados). ¡No te jode!
*Director de Polítika
DdA, XII/2927
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