Hoy es Grecia
la avanzadilla del mundo libre, de la Democracia, quien necesita el
apoyo de todos los hombre libres de Europa y del mundo.
Pedro Luis Angosto
Nada más conocer la victoria de Syriza en las elecciones griegas
–antes habían vertido todo tipo de amenazas para impedirla-, los máximos
mandatarios políticos y económicos alemanes saltaron como fieras sobre
la decisión del pueblo soberano griego. Nos da igual –decían- quien haya
ganado en Grecia, nos importa un bledo el sufrimiento y la miseria de
los ciudadanos griegos, nos la refanfinfla lo de la unión europea, que
os hayamos puesto el interés de la deuda al 12%, u obedecéis o vais a saber lo que es la ortodoxia y de lo que es capaz la patria de Goering.
Os hundiremos la Bolsa, retiraremos capitales, os aislaremos
económicamente, nos quedaremos con vuestras islas del mismo modo que
junto a británicos y franceses despojamos el Partenón de los frisos de
Fidias. Y es ahora, ante esas amenazas brutales, bárbaras y miserables
de Merkel y sus aliados, cuando es llegada la hora de ponerle el
cascabel al gato: En 1936, los políticos republicanos españoles pidieron
la ayuda de las grandes democracias para acabar con la agresión
nazi-fascista, obteniendo como respuesta la política de apaciguamiento
propiciada por Chamberlain y el Comité de No Intervención; hoy es Grecia
la avanzadilla del mundo libre, de la Democracia, quien necesita el
apoyo de todos los hombre libres de Europa y del mundo.
Lo que hoy se juega en Grecia es lo mismo que se jugaba en España en 1936, si Alemania y el capitalismo financiero-especulativo no recibe una respuesta contundente ahora, tendremos que asumir que hemos perdido cualquier derecho, incluso el de respirar: La Alemania neoliberal y nacionalista no sólo es incompatible con la unidad europea, sino también con los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Lo que hoy se juega en Grecia es lo mismo que se jugaba en España en 1936, si Alemania y el capitalismo financiero-especulativo no recibe una respuesta contundente ahora, tendremos que asumir que hemos perdido cualquier derecho, incluso el de respirar: La Alemania neoliberal y nacionalista no sólo es incompatible con la unidad europea, sino también con los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad.
DdA, XII/2909
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