Félix Población
Hoy el director del diario El Plural, cada vez más
PSOE singular, se despacha a gusto contra Podemos y el Partido Popular. Es de
esperar que no haya variación en esa línea editorial a lo largo del año que
viene. A los de Podemos los califica de oportunistas, demagogos y populistas,
claro que sí, y al PP lo llama el partido del horror. Aprovecha la ocasión
para echar flores a Guerra, que se jubila tras una vida de escaño, y al tándem
Guerra/González por su eficacia histórica.
Es lo que corresponde con quien
firma el artículo, cuyas simpatías partidistas nunca disimuló, aunque como
profesional de larga trayectoria debería evitar tanto los excesos ditirámbicos
como las falacias flagrantes. Podemos nunca puso a parir la Transición, que yo
sepa. Sus críticas se centran en el régimen corrupto y agónico que la Transición
forjó y que toca su fin, en trance de remate por la dictadura financiera.
En cuanto a su deseo de que el socialismo o la
socialdemocracia gobiernen de nuevo, mire, Sopena, la última legislatura de Zapatero
va a servir de respuesta a muchos ciudadanos para recapitular una vez más la distancia que
media entre el PSOE de las promesas y el de las realidades, con la diferencia
esta vez de que hay vida más allá de esas siglas. Y si la hay es porque su PSOE no hizo los deberes que le corresponderían con arreglo a ese socialismo o socialdemocracia a la que usted apela.
Recientemente, no sé si ayer o anteayer, se dieron cita en un restaurante
madrileño, con ocasión de las fiestas navideñas, un grupo de políticos de los
partidos que tocaron poder en este país: exministros de UCD, PP y PSOE, además
de diplomáticos jubilados, juristas con cargos de responsabilidad en altos
tribunales, etc. Parece que durante el almuerzo las discusiones sobre la
posibilidad del fin del bipartidismo y la perspectiva de Podemos no pasaron del
diálogo cordial, pero hete aquí que a los postres, con el calor del vino y los
licores, uno de los comensales (jurista) afirmó que la existencia del nuevo
partido de Pablo Iglesias beneficia al Partido Popular. Fue en ese momento
cuando a la reunión afloró la bronca, solventada gracias al concurso de un
exministro de un importante departamento, que reprochó a quien así se había
manifestado que eso lo podía decir Pedro Arriola, no el jurista en cuestión.
Júzguese por el grado de excitación apreciable a los postres entre quienes fueron poder político, el que se dará en las interioridades de las ejectivas de los dos partidos mayoritarios alternantes hasta ahora en la gobernación de España. Se entiende su nerviosismo y el de los medios afines a uno y otro, sobre todo si con un mínimo de perspicacia reconocen sus asesores de imagen o quienes puedan emitir una opinión con cierta imparcialidad que mensajes como el de de Pablo Iglesias ayer en Bruselas, denunciando las torturas de la CIA, tienen el calor y el convencimiento de quienes creen en lo que dicen y lo saben participar a la ciudadanía más despierta y más harta del bipartidismo que nos ha conducido adonde estamos, Sopena.
DdA, XI/2875
1 comentario:
Los periodistas de la casta defiende a la casta, son incapaces de ver más allá de lo que han sido, usas retrovisores.
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