Félix Población
Los televidentes mañaneros tienen
oportunidad de ver cada día dos programas de debate político en sendas
televisoras privadas, Cuatro y La Sexta, cuyos formatos son similares. Cabe
preguntarse por qué Las Mañanas, presentado por Jesús Cintora, y Al rojo vivo,
presentado por Antonio García Ferreras, están programados para una franja
horaria en la que la mayoría de la audiencia la constituyen jubilados y amas de
casa.
También convendría cuestionar por qué en las horas de más audiencia real,
a partir de las nueve de la noche, no se tiene la posibilidad de ver programas de
ese carácter y sí, en cambio -caso de Cuatro, sobre todo- se emiten otros
auténticamente deleznables como el recién estrenado “Adán y Eva” o ese otro en
el que se premia con 250 euros la capacidad de engañar por unos minutos ante las cámaras a la madre, el novio, la novia o el hermano.
Hechas estas observaciones, paso
a los programas de Cintora y García Ferreras, donde día tras día tenemos
oportunidad de ver reiteradamente, gracias a la pantalla partida que sirve para
ilustrar las informaciones, a los Rato, Blesa, Pujol, Bárcenas, Acebes y demás
individuos de la corrupta actualidad, que tan repulsivos están resultando al
común de los españoles.
Debo decir, en mi caso y para no alterar mi ánimo, que hago uso del mando para
eliminar esas imágenes cada vez que las repiten, pues además ambos
presentadores tienen el empeño de contrastarlas con las palabras y los rostros
indignados de los ancianos prefentistas
estafados que se congregan en torno a la Audiencia Nacional, rigurosamente vigilados por la policía a fin de sus gritos
no resuenen en la conciencia de quienes les robaron los ahorros de toda una
vida de trabajo.
Ayer, en Cuatro, y es a lo que
iba con el titular de este artículo, Miguel Ángel Revilla hizo uso de la
pizarra para hacernos ver el estercolero de corrupción en que se está
convirtiendo este país. Dibujó un gran hoyo en el que se van enterrando los continuados casos que se están dando en España, sellados
con las correspondientes capas de gravilla para que el hedor acumulado no llegue al aire. Así,
incluso, dijo Revilla al término de la explicación, hasta podría darse el caso de que
sobre la superficie del hoyo surgieran brotes verdes (según aseguró el gobierno
del PSOE) o árboles de raíces vigorosos (según expresión de Mariano Rajoy).
La coda al explícito símil
gráfico la puso el exjuez Elpidio José Silva, de quien esperamos un segundo
libro tan necesario y elocuente como el primero (La justicia desahuciada), que
se refirió a las capas freáticas que hay bajo el basurero y que podrían
contaminar el agua que llega hasta nuestros grifos. Este país se está
atiborrando de casos de corrupción y son mucho malos tragos, día tras día, para
que su mefítico caudal no acabe por envenenarnos.
¿No es acaso ese programa de
Cuatro, donde se premia con dinero al que se presta a mentir fugazmente ante la cámaras, un síntoma flagrante de
que el hedor a podrido cunde en nuestro país? ¿No induce a pensar ese juego que por dinero se puede jugar
a cualquier cosa en España siempre que nos reporte beneficios? ¿Alguien puede considerar gracioso un espacio televisivo así con la que está cayendo en nuestro entorno?
DdA, XI/2824
2 comentarios:
sI LA AUDIENCIA NOCTURNA VIERA ESOS PROGRAMAS, EL GRADO DE COMPROMISO POLÍTICO CRECERÍA ENTRE LA POBLACIÓN, POBLACIÓN, BIEN LO SABES, ASÍ QUE MEJOR ESTÁ DARLES MIERDA COMO LA QUE CITAS PARA QUE SIGA HABIENDO MIERDA EN EL HOYO. UN ABRAZO CORDIAL.
ES MÁS, AMIGO, LA REGENERACIÓN SOLO PUEDE SER COSA DE QUE LA GENTE SEA CONSCIENTE DE LA MIERDA, COSA QUE SOLO PUEDEN HACER UNOS POLÍTICOS EX NO Y UN HARTAZGO COMO EL QUE SOPORTAMOS. GRACIAS POR TU BLOG, TU CONSTANCIA Y TU ESTILO.
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