Ana Cuevas
Ha sido automático. Igual que un resorte, algo salta en mi cabeza y me obliga a tararear un vetusto sonsonete: Se va el caimán, se va el caimán...
 Y es que la dimisión de Fachardón, el ministro de injusticia, me pone 
jacarandosa. ¡La que ha liado Mariano! Primero le encarga a Gallardón 
una ley que elimine la libertad reproductiva de las féminas. Vítores y 
aplausos de obispos, ultrafachas, pro-vidas y demás coro de hipócritas meapilas. Había que asegurar el voto de los que se sientan a la extrema derecha del resto de la derecha.
aplausos de obispos, ultrafachas, pro-vidas y demás coro de hipócritas meapilas. Había que asegurar el voto de los que se sientan a la extrema derecha del resto de la derecha.
Luego, la cosa se complica. Salvo los 
antes mencionados, nadie en este país entendía la necesidad de la 
reforma del aborto del
 ministro Gallardón. Ni en este país ni en ningún otro medio civilizado y
 que no sea presa de las garras del integrismo religioso. La cuestión es
 que hay un tipo en el PP, que me han dicho que manda más que el propio 
presidente, que ha puesto a Marianico entre la espada y las encuestas. Y
 como los últimos años de gobierno a base de recortes brutales, sembrar 
desigualdades, apestar a corrupción impune y repartir injusticia ya han 
deteriorado bastante la popularidad de los populares, no era cuestión de
 echar más leña al fuego. 
Imagínense ustedes como se iban a poner las 
feministas, la progresía en general (y bastantes de sus votantes en 
particular) si a causa de esta reforma empezaban a morir mujeres por 
practicarse abortos clandestinos. Que una cosa es amagar, para conseguir
 el voto cavernario, y otra muy distinta exponerse a un hostión, aún más
 gordo del que esperan, por cumplir una promesa electoral. ¡Cómo si esto
 les supusiera algún problema! Lo raro sería que cumplieran alguna. 
Pero
 a la cúpula de la Iglesia y sus huestes anti-abortistas no parece que 
les importen las otras promesas profanadas. No se conmueven ni salen a 
la calle por esas criaturas, ya nacidas, que están pasando hambre. Ni a 
denunciar las desigualdades sociales que están generando que crezca 
exponencialmente la 
pobreza. Tampoco veo que acojan en sus templos a los desahuciados. Ni 
que renuncien a sus 13.000 millones anuales de subvenciones y prebendas 
que reciben de este estado laico para paliar el sufrimiento de los más 
débiles y desprotegidos. 
Ellos están a lo suyo. Fomentando, como han 
hecho históricamente, la represión sobre las mujeres. Intentando 
adueñarse de nuestros cuerpos ya que no pueden ponernos los grilletes en
 el alma. Enviarnos al infierno de cabeza no es bastante castigo para 
estos talibanes.  Marianico se ha buscado peligrosos enemigos. ¿Pues no 
salen a la calle pidiendo que se retire el voto al PP y llamando a Rajoy
 abortista y asesino? Yo me parto la caja con este despiporre. 
Por otro 
lado, el misógino con piel de cordero  ha anunciado su dimisión. Con 
toda probabilidad, quedará a tomar café con otro emérito de tronío y 
perfil torquemadesco. ¿Adivinan? Rouco y Gallardón fuera de juego hacen 
que este país sea un poco más respirable. Pero aún falta aventar mucha 
basura para que huela a fresco. Siempre se van los mejores- como dice el
 Gran Wyoming- aunque el de estos dos no sea el caso. Adiós Albertito, 
las mujeres españolas nunca te olvidaremos. No tengas ninguna duda. 
Hasta nunca cocodrilo.
                                  DdA, XI/2798                                 

1 comentario:
Everything gets more complicated. With the exception of the above, no one in this country understood the need for abortion reform by Minister Galliardon. I think that in each developed country should be such a law.
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