miércoles, 3 de septiembre de 2014

ALFONSO GUERRA/JUAN CARLOS MONEDERO: LO QUE DECAE Y LO QUE NACE


Félix Población

Ayer tuvimos oportunidad de ver en Las Mañanas de Cuatro TV, gracias al puntual sentido de la actualidad que tienen Jesús Cintora y su equipo, lo que bien podría haber sido un pequeño debate entre uno de los fundadores de Podemos, Juan Carlos Monedero, y quien fuera vicepresidente del Gobierno con Felipe González y uno de los líderes carismáticos del Partido Socialista, Alfonso Guerra. 

El motivo del cara a cara, aunque Guerra no estuviera en el plató, se basó en el artículo suscrito por el señor Guerra en el que éste afirmaba que se estaba dando en Europa un pujante renacimiento de los partidos fascistas y neocomunistas, tal como ha ocurrido en Francia con un representante de los primeros y en Grecia y España, especialmente, con el o los que se podrían situar en la segunda tendencia ideológica. 

Faltaba identificar, por tanto, a qué partido se refería el exlíder del PSOE cuando aludió al neocomunismo, por si tal membrete le podía caber a Podemos, algo que finalmente tuvo que aceptar don Alfonso, después de mantener que se hacía una malinterpretación o lectura tergiversada de su artículo y descalificar a su oponente dialéctico con unos argumentos de una simpleza necia y resabiada, impropia de quien otrora lució más cualificadas aptitudes en ese terreno.

Al margen de que Juan Carlos Monedero dejara al señor Guerra en evidencia por la pobreza de las razones con las que éste trató de hacer frente a la elocuente exposición del primero, lo que quizá haya llamado más mi atención no ha sido en este caso comprobar una vez más la fortaleza dialéctica de quien probablemente se presente como candidato a la alcaldía de Madrid en las próximas elecciones (Monedero), sino la depauperada capacidad neuronal de quien fue en los años ochenta un político cualificado por su sagacidad, número dos del partido en el que una mayoría de ciudadanos depositaron sus esperanzas bajo aquel sugerente eslogan que abogaba por el cambio.

Decía al principio que ayer podríamos haber visto en Las Mañanas lo que pudo ser un pequeño debate entre Monedero y Guerra, pero no lo fue por la manifiesta incapacidad de don Alfonso para tal menester. No cabe achacar esa merma a los años, pues sabido es lo que la experiencia aporta a quien cultiva su inteligencia para las pugnas dialécticas o para cualquier otra actividad que mantenga vivas las neuronas.

Más bien creo que el cara a cara de Cuatro TV entre un político que aflora, el profesor Juan Carlos Monedero, y un político en declive, el señor Guerra, constata lo que el propio partido naciente (Podemos) representa con relación al viejo régimen del 78: un nuevo mensaje revitalizador de la democracia frente a un mensaje caduco, cuya mejor medicina consiste -según el propio don Alfonso- en frenar a Podemos mediante un pacto con el Partido Popular, tan denigrado por el avejentado exlider del PSOE en aquellos mítines con pañuelo rojo en las tierras mineras de Rodiezmo.

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                                     DdA, XI/2.779                              

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