Puede que yo sea una ignorante, como dice el papá de
Angelina Jolie, por exigir a Israel y a la comunidad internacional que
intervenga para que cese la lluvia de muerte sobre la población de
Gaza. Ignorante por dejarme llevar por el horror y el rechazo a lo que muestran los vídeos y
relatan los testigos de la ONU. Ignorante por no entender como pueden
ser "objetivos terroristas" los civiles bombardeados en las
escuelas-refugio, las plantas potabilizadoras de agua, las clínicas, los
sanitarios... En definitiva, cualquier conato de vida en la franja o
infraestructura que la albergue. Ignorante por no aceptar los
rocambolescos argumentos de defensa propia que esgrime el gigante de
Israel mientras hace pedazos a cientos de indefensas y acorraladas
criaturas palestinas. Puede que sea ignorante sí, pero lo que no soy es
anti-semita.
De igual forma que no soy anti-alemanes pero condeno
rematadamente el nazismo. Por ende, es obvio que el holocausto, sin
paliativos ni paños calientes, del pueblo palestino también debe ser
condenado sin temor a ser llamado anti-semita. En el propio Israel,
existe una corriente pacifista que se silencia y persigue severamente
por el gobierno de Netanyahud. Son los insumisos israelíes a la
barbarie. Como el joven de 19 años Udi Segal, forzado a hacer el
servicio militar obligatorio y que se niega a combatir en Gaza. No en mi nombre-
dijo en público.
Y no es el único. Otros cincuenta al menos han
desafiado las duras consecuencias que les acarreará un juicio militar
por declararse insumisos. Estos valientes son la digna resistencia en un
país militarizado y belicista hasta las cejas. Judíos por la paz,
es una ONG que no recibe reconocimiento institucional en su país. Sin
embargo llevan mucho tiempo haciendo apología de la reconciliación y la
no-violencia, condenando por igual los bombardeos de Gaza y los
atentados suicidas. Quizás, si la comunidad internacional les prestara
atención, les diera voz, se podrían ofrecer soluciones consensuadas.
Judíos por la Paz,
que son poco sospechosos de ser anti-semitas, también rechaza la
intervención en Gaza. Creen que la paz es el único camino para conseguir
un entendimiento entre los pueblos. Lejos de ser ignorantes, conocen
perfectamente los entresijos del conflicto y apuestan por un modelo de
convivencia diferente. Por eso resultan muy incómodos para los que no
quieren que nada cambie. Son héroes y heroínas judíos que se enfrentan a
un incierto destino por gritar alto y claro: ¡No en mi nombre!
La conciencia que resiste pese a la tiranía de un estado criminal que
manipula y miente para justificar lo que nunca puede ser justificable.
Definitivamente, los ignorantes son los que creen que pueden intimidar
llamándonos anti-semitas. Ya dije antes que odio a los nazis, aún cuando
sustituyan la esvástica por una estrella de seis puntas. No soy nada
racista. Se que la maldad y la rapiña están muy bien repartidas entre
todas las tribus del planeta. Pero afortunadamente, también la
resistencia.
Nota de Lazarillo: Llama la atención de este Lazarillo lo difícil que es encontrar imágenes que reflejen la oposición a las oleadas armadas contra Gaza por parte de un sector de la población israelí, como es el caso de la que ilustra el artículo de mi estimada Ana Cuevas. En correspondencia con esa falta de información gráfica, son contadísimas también las noticias que nos llegan acerca de los movimientos pacifistas israelíes opuestos a la masacre, que prosigue ante la indiferencia y/o el consentimiento de la comunidad internacional, con la dignísima exclusión de algunos estados latinoamericanos.
Nota de Lazarillo: Llama la atención de este Lazarillo lo difícil que es encontrar imágenes que reflejen la oposición a las oleadas armadas contra Gaza por parte de un sector de la población israelí, como es el caso de la que ilustra el artículo de mi estimada Ana Cuevas. En correspondencia con esa falta de información gráfica, son contadísimas también las noticias que nos llegan acerca de los movimientos pacifistas israelíes opuestos a la masacre, que prosigue ante la indiferencia y/o el consentimiento de la comunidad internacional, con la dignísima exclusión de algunos estados latinoamericanos.
DdA, XI/2.762
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