jueves, 14 de agosto de 2014

EL PSOE INVOCA EL CENTRO PARA SALVARSE, "PODEMOS" SUENA EN LA CALLE CON UNA MÚSICA NUEVA

Lazarillo

Las vacaciones y el habitual distanciamiento que caracteriza a este Lazarillo en cuanto tiene oportunidad de tirarse al monte, no me permitieron leer hasta hoy el artículo que el pasado domingo publicó en el diario El País Manuel Vicent en su habitual columna de la última página. Creo que es digno de atención el diagnóstico que hace de las palabras gastadas del nuevo líder del Partido Socialista, Sánchez Pérez-Castejón, propias para aburrir a la militancia, mientras una juventud airada -escribe Vicent- está a punto de hacer saltar el horizonte. Mientras el PSOE invoca el centro para salvarse, una nueva música -entiende el escritor valenciano- está sonando de forma confusa en la calle: la de Podemos, que ha robado a la izquierda las palabras de siempre, pero cargadas de rabia y desesperación:

"En el relevo de la cúpula del Partido Socialista el nuevo líder, Pedro Sánchez, a quien sin duda las cámaras adoran, ha pronunciado discursos, ha dado entrevistas, ha hecho declaraciones, ha formulado promesas. En su boca han sonado de nuevo las palabras de siempre: ilusión, cambio, solidaridad, proyecto, justicia, igualdad, diálogo, futuro, ciudadanía. No creo que nadie haya sentido una emoción especial al oírlas y tampoco el propio líder al pronunciarlas. Envueltas en el tono correcto previsible no hay forma de que un político socialista se salga del pentagrama. Hay palabras en otro tiempo llenas de energía, que pronunciadas por algunos políticos están ya desactivadas y han perdido toda la carga. Como si supieran que las palabras nuevas hieren o comprometen demasiado los socialistas evitan cualquier exceso verbal. Ante todo quieren dar la sensación de que son un partido de orden, una alternativa de Gobierno, una parte esencial del sistema. Creo que sus votantes están deseando irritarse, sorprenderse, excitarse, incluso escandalizarse con nuevas formas de acción, todo menos aburrirse con las palabras gastadas. Hoy un político de izquierdas recortado por la línea de puntos, lleno de buenas intenciones, no es nada, aunque tenga un buen perfil. Mientras en la calle se oyen los cascos de los caballos metálicos y los versículos malditos del Apocalipsis están colgados de las acacias y una juventud airada está a punto de hacer saltar el horizonte, este es el momento en que el Partido Socialista solo parece invocar el centro para salvarse. Ignoro qué viento la transporta, pero sin duda hay una música nueva que de forma confusa pero contundente está sonando en medio de la calle. No a otra cosa se debe el éxito de Podemos, una formación asamblearia que ha robado a la izquierda las palabras de siempre pero las ha cargado de desesperación y de rabia".


                            DdA, XI/2.769                            

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