Félix Población
El diario socialista 'Avance' se publicó en Asturias entre 1931 y
1939, con sedes sucesivas en Oviedo y en Gijón. Periódico afín al
Sindicato de los Obreros Mineros de Asturias (SOMA), jugó un importante
papel en la gestación del movimiento revolucionario de 1934, hasta el
punto de que su sede en la calle Rafael Altamira fue incendiada antes
incluso de que el Gobierno iniciara la brutal represión. Lo primero que
ardió en la revolución de octubre asturiana fue la voz que defendía
–según se podía leer en la cabecera del periódico– las aspiraciones de
los obreros y propulsaba las ideas socialistas.
Año y medio después, una vez amnistiados por el Frente Popular los
numerosos reclusos que habían sido condenados por su participación en la
que se dio en llamar Comuna Asturiana, un nuevo y moderno edificio fue
inaugurado en Oviedo como sede del periódico, con una magnífica y
moderna maquinaria. La traición del coronel Aranda, poniéndose a favor
de Franco al poco de declararse fiel a la República, hizo que 'Avance'
apenas tuviera un par de semanas de vida en los kioscos. Sus
dependencias pasarían a ser propiedad de 'La Nueva España' con el
triunfo de la dictadura.
Todavía durante la guerra se publicó el periódico en Gijón, en los
talleres del diario 'El Comercio', sito en la calle Santa Lucía, si bien
con una condiciones técnicas muy elementales y unas disponibilidades
económicas mermadas, según recuerda Juan Antonio Cabezas, redactor del
diario. Así fue hasta la mañana del 21 de octubre de 1937 en que los
requetés de las brigadas navarras del general Solchaga ocuparon la
ciudad, horas después de que los redactores de 'Avance' salieran desde
el puerto de El Musel en evitación de seguras represalias.
Habrían sido éstas de carácter extremo con su director, Javier Bueno,
que después de haber sido torturado y encarcelado en octubre de1934,
sería fusilado en Madrid al poco de entrar en la capital del Estado el
ejército vencedor. Tampoco se habría salvado quizá alguno de sus
compañeros más caracterizados, como Jesús Ibáñez, que con Bueno abandonó
la máquina de escribir y tomó el fusil en defensa de la República en
las trincheras de Oviedo, nada más iniciarse el conflicto armado.
A Jesús Ibáñez (1889-1948), natural de Mieres, se le considera una de
las mentes más lúcidas del socialismo asturiano. Fue expulsado del PSOE
en 1946 junto a otros 35 militantes más por alinearse con la tendencia
que apoyaba a Juan Negrín. Hace seis años, con motivo del XXXVII
congreso federal de ese partido, se volvió a restablecer la militancia, a
título póstumo, del propio Negrín y de todos los que lo respaldaron,
entre los que figuraba Ibáñez y otro importante líder del sindicalismo
español y de la Revolución de Octubre, el avilesino Amaro del Rosal.
Muy posiblemente, ninguno de los citados habría aceptado ese reingreso
honorífico al cabo de más de medio siglo, al menos en lo que respeta a
mi querido y recordado Amaro y al periodista Jesús Ibáñez, autor de unas
magníficas memorias tituladas Discos de Acero. Memorias de mi cadáver
(novela encajada), publicadas en México, y que deberían ser rescatadas
del olvido.
Quien fuera gran amigo y compañero de Javier Bueno llevó más allá de
España aquel empeño de periódico revolucionario –dos veces acallado por
las armas– que fue el diario 'Avance', cuya cabecera también asomó a la
luz en el país que lo había acogido en el exilio. Agradecería a quienes
hayan leído este artículo y puedan saber algo de esta publicación en
México me facilitasen alguna referencia.
*Artículo publicado hoy también en Astures.info
DdA, XI/2.745
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