viernes, 13 de junio de 2014

PAGAMOS COMO PRIMOS TODAS LAS PRIMAS HERMANAS DE LA ECONOMÍA DE MERCADO

Jaime Poncela

Sólo han hecho falta un par de años de crisis y varios millones de parados para que España haya pasado de estar aterrorizada por las amenazas de la prima de riesgo a rascarse el bolsillo para pagar las primas millonarias de los jugadores de la muy española y muy roja selección de fútbol. Unos atléticos patriotas muy bien pagados por la simple razón cumplir con su trabajo que, además, serán generosamente primados por hacer lo que se espera de ellos: meter goles. Unas primas y otras han servido para que nuestras privaciones permitan pagar sueldos millonarios a tipos que son millonarios, ya vayan por ahí en pantalón corto o vistan trajes a medida. Una primas y otras son primas hermanas que forman parte de la gran familia de la economía de mercado, un sistema especializado en devorar a sus hijos y en encontrar primos que paguen las primas. En esta misma línea de generosidad a chorro con los bienes ajenos, el Parlamento se encargó ayer de firmar otro cheque en blanco a la monarquía, una nueva prima de confianza que se abona al contado y con cargo a los haberes de una mayoría política que, al parecer, tiene cada vez menos que ver con la mayoría social. Nuestra cartera parece no tener fondo, somos ricos y generosos, podemos pagarle las juergas a los banqueros, los campeonatos a los futbolistas y las coronaciones a los reyes. Con este tren de vida es imposible que pasemos por un país serio en ninguna parte. Vivimos por encima de nuestras posibilidades, en efecto, aunque cada vez que alguien usa nuestra tarjeta de crédito es para hacer compras que no hemos autorizado. Nos gastamos en banqueros, futbolistas y reyes lo que deberíamos dedicar a colegios, medicinas, jubilaciones y referendos. Somos unos primos.


                            Artículos de Saldo  DdA, X/2.726                            

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