Lazarillo
Tras cuatro años de investigaciones, el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Palma, José Castro,
podría haber esperado unos días más, a fin de que la noticia no lo fuera a tan poca fechas de la proclamación de Felipe VI y al día siguiente del aformaiento de las parejas reales (padres e hijos), pero hoy el titular es que dicho juez procesa a la infanta Cristina por presunto blanqueo de capitales y como cooperadora necesaria de dos delitos fiscales, poniendo así fin a a la instrucción del caso Nóos. Se considera a la hermana del rey cooperadora necesaria de los dos
delitos fiscales que habría cometido su marido, al sostener que su papel
fue imprescindible para que Urdangarín
pudiera defraudar hasta un total de 337.138 euros en las cuotas del
IRPF correspondientes a los años 2007 y 2008. Y lo hizo a través de la
sociedad de la que ambos son propietarios, Aizoon, al facturar a través
de la misma -como rendimientos de actividades económicas. las
retribuciones que cobró de entidades privadas por su condición de
consejero asesor. Este Lazarillo no puede evitar preguntarse si el naciente reinado con ínfulas modernizadoras, después de haberse iniciado con una capital del reino casi en estado de sitio, lo hará también con la hermana de Felipe VI en el banquillo. Comprobado lo primero, se resiste a creer en lo segundo por la maltrecha y aforadora salud de la Justicia.
DdA, XI/2.738
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