Entre los periodistas invitados
ayer a la ceremonia del Palacio Real con motivo de la proclamación de Felipe VI,
se encontraba el director de El Diario.es, uno de los pocos medios que hoy se
pueden leer con la confianza de que su contenido se ciñe a la realidad.(Cuatro policías, cuatro, entraron ayer en la redacción de ese periódico al advertir que se había colocado una enseña tricolor en sus ventanas).
Ignacio Escolar expuso por qué decidió acudir a ese acto, al que por convicción
no hubiera asistido, en razón al oficio y a la labor que ejerce: informar,
opinar y sacar conclusiones para sus lectores.
Las conclusiones que ayer sacó El
Diario.es quedaron magníficamente expuestas en el reportaje fotográfico que
siguió a la proclamación del nuevo monarca en la sede del Parlamento de la
nación. Se trataba de constatar con imágenes aéreas la repercusión popular que el paso
de Felipe VI podía tener por las calles
y plazas de Madrid. Incluso se hicieron comparaciones entre la expectación despertada por ese cortejo y la
que tuvo Juan Carlos I en 1975.
El resultado no ha podido ser más
desalentador para esta renovada monarquía que tanto su representante como el
Gobierno y el exrepublicano Partido Socialista nos pretenden vender, siguiendo
la mercadotecnia política empleada a lo largo de estos pasados cuarenta años:
se esperaba medio millón de personas en las aceras del itinerario, con una
Plaza de Oriente a tope, y el balance ha quedado muy lejos de esa cifra.
Resulta deplorable en ese sentido que los periodistas de La Sexta desplazados
al Palacio Real hayan intentado inútilmente de mostrarnos lo contrario.
Pero si esta falta de aliento
popular para el nuevo rey ha sido comprobable en una ciudad que contaba para
tal menester con los ánimos de la exlideresa Aguirre, la alcaldesa de la ciudad
y el presidente del gobierno regional (ambos sin el respaldo del voto para
ocupar sendos cargos), ¿qué decir de la teoría del discurso de Felipe VI en
contraste con la realidad que se estaba desarrollando en las calles de la Villa
y Corte?
Dijo el nuevo rey que en una
España unida y diversa cabían todas las sensibilidades, al tiempo que algunos
manifestantes que mostraban banderas republicanas era reducidos con violencia
por la policía, con la detención incluso de Jorge Verstrynge y otros seis compañeros
en la Puerta del Sol. "Agredidos, cacheados y retenidos por sacar banderas republicanas", titula su información Periodismo Humano.
Si lo que se pretende es que con
este tipo de acciones represivas la sensibilidad en pro de la tercera República
crezca en este país, prosiga el Gobierno con esta actitud que nos remonta a los tiempos de la dictadura en que también la tricolor era delito. Es muy probable que así contribuya de modo muy eficiente a que España mañana sea republicana y el nuevo rey solo seduzaca a los lectores del Hola.
Puntos de Página
DdA, XI/2.733
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