lunes, 23 de junio de 2014

¿IRÍAN A LA ZARZUELA LAS ASOCACIONES DE VÍCTIMAS DEL FRANQUISMO?

Félix Población

La presidenta de la asociación 11 M Afectados por el Terrorismo ha agradecido a los reyes de España que hayan recibido de inmediato, en su primer acto oficial, a los familiares de las víctimas del terrorismo, que en este país han sido muchas a lo largo de los últimos decenios. 

El periodo histórico que abarca la barbarie, para Pilar Manjón y para muchos conciudadanos suyos que consideran al régimen franquista un tiempo de silencio en el que se reprimieron los derechos y libertades de los españoles, no se limita por lo tanto a los atentados cometidos por organizaciones terroristas de todos conocidas, sino a los perpetrados por el Estado impuesto mediante un golpe militar a partir de 1939. Por eso Manjón ha instado a los reyes a que hagan lo propio con las víctimas del franquismo.

¿Cabe la posibilidad de que Felipe VI tenga esa deferencia y obtenga con ello un golpe de efecto a favor de una nueva imagen del Jefe del Estado, que recompusiera a su vez la de la monarquía y se estimara al mismo tiempo como un paso a favor de la reconciliación entre las dos Españas? Por supuesto que no, ni el Gobierno ni los estamentos más reaccionarios y próximos a la Corona permitirían semejante decisión.

Pero si me he planteado esa pregunta no es porque esa recepción sea probable, sino más bien por la respuesta que darían las asociaciones de víctimas del franquismo a una invitación de tal carácter. Es posible que acudieran a La Zarzuela, como en su día juraron fidelidad al rey muchos brigadistas internacionales que combatieron contra Franco en la Guerra de España y a los que se les impuso ese requisito si querían acceder a la nacionalidad española que les prometió Juan Negrín. 

Pero no hay que olvidar que algunos otros, entre los que se encuentra mi buen amigo austriaco Gerhard Hofmann, se negaron a tal proceder con la dignidad debida a la entidad su lucha, a pesar de que para él -como para la mayoria de sus compañeros- esa credencial hubiese representado la más honda satisfacción al término de sus vidas.

PS.- Añado, siguiendo la puntualización de mi lectora Carmen Jiménez, que ha sido muy de notar la ausencia, entre las víctimas del terrorismo, de las víctimas del machismo, a las que tampoco Felipe VI tuvo en cuenta en su discurso de proclamación.
 

                                    DdA, XI/2.736                                   

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