Jaime Poncela
Ya hemos descubierto que las listas de espera de la sanidad no se
deben solo a problemas informáticos. Dios también tiene que ver con
ellas. Su hijo, para ser más exactos. Lo digo porque en Sevilla le han
hecho un TAC a un Cristo procesional antes de proceder a su
restauración, una muestra más de la acendrada afición española por el
esperpento y el surrealismo. El hijo de Dios, al igual que el Rey de
España, prefieren la sanidad privada a la pública y eligen para sus
restauraciones la clínica Quirón, un lugar en el que la salud de la
imaginería religiosa se trata con tanto mimo como la de los pacientes de
carne y hueso, siempre y cuando sean de sangre azul que es el
equivalente a las maderas nobles en términos genéticos. Hay semanas en
las que para comprender la realidad nacional sin marearse hace falta
estar borracho. Y lo digo porque España es un país muy raro, muy tóxico.
Así lo evidencia que en un mismo día hayan aparecido un Cristo de
madera en un escáner destinado a los enfermos, una infanta de España en
el banquillo destinado a los chorizos, una ex ministra del PSOE en el
paro por tener una madera parecida a la de la infanta y tan podrida como
la del Cristo, y un eurodiputado de IU dimitido por colocar sus ahorros
de la jubilación en un fondo destinado a evadir impuestos. España está
llena de gente de aspecto muy respetable que, de Cristo para abajo, son
objetos perdidos que nos producen el mismo desasosiego que unos
calcetines desparejados. Con tantas altas personalidades fuera de lugar
en un solo día, uno no sabe si desayunar cola cao o cazalla para
asomarse al caleidoscopio deformado de la actualidad. Para rematar este
sindiós veo en los periódicos que un tipo quedó atrapado en una
escultórica vagina de mármol por hacerse el gracioso. Esta última cosa
rara sucedió fuera de España aunque resume muy bien nuestra realidad
surrelista, salida del coño cañí de la Bernarda, de los dioses, de los
demonios o de la pluma de un guionista borracho. Al tipo de la vagina
que lo hagan español, coño, que se lo ha ganado.
Artículos de saldo DdA, XI/2.739
1 comentario:
Me parece una bajeza incluir a un eurodiputado de IU en una riestra de chorizos por haber dimitido al conocer que el fondo de pensiones al que estaba adscrito -como la mayoría de los eurodiputados de todas las nacionalidades-era una modalidad criticada por su formación política (SICAV). Por el contrario, su decisión le honra y no debería ser motivo de chanza supuestamente divertida por parte de Jaime Poncela. Firma el comentario: José Manuel Fernández (Madrid)
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