Este Lazarillo tuvo la oportunidad de estrechar la mano del próximo rey de España con ocasión de su proclamación como Príncipe de Asturias en la Basílica de Covadonga, hace ni sé los años, cuando acudí a esa cita como profesional de la información del periódico en el que trabajaba. Entonces el heredero de la Corona era una niño guapete y risueño que iniciaba su carrera de monarca. Digo esto porque, como tal, me pareció un chico agradable, que todavía mantenía una cierta espontaneidad en su comportamiento público. El recuerdo me parece oportuno al lado del que me ha procurado otra circunstancia, ésta el año pasado, cuando en la ciudad de Pamplona una joven llamada Laura Pérez se aproximó a don Felipe para consultarle si ella, como ciudadana de un país democrático, podría tener algún día la oportunidad de elegir en un refréndum la forma de Estado más adecuada para este país: monarquía o república. Tal como se puede comprobar en el vídeo, el Príncipe de Asturias se aviene al diálogo y le explica a la mencionada ciudadana que no está en su mano esa posibilidad y que la Constitución establece el camino para su reforma. El documento, grabado por Canal 4 de Navarra, concluye sin embargo cuando el inminente Felipe VI de Borbón solventa la charla dando de sí un rasgo de identidad personal que creo lo caracteriza como individuo que va a estar al frente de la Jefatura del Estado: "Has conseguido tu minuto de gloria", le dice a la joven, como si para esa ciudadana -con toda seguridad republicana- la gloria fuera que el Príncipe de Asturias en persona le deparase unos minutos de conversación a la luz de las cámaras.
DdA, XI/2.721
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