martes, 6 de mayo de 2014

HASTA ALGUNA HISTORIA DE LA LITERATURA NOS OCULTA LO QUE FUE EL FRANQUISMO

 Luis Arias

Hay una pregunta que debería hacerse a todas las personas que cursaron la Primaria y el Bachillerato durante el franquismo: ¿Recuerda usted lo que pensó al leer por vez primera en un texto escolar la palabra ‘exilio’ referida a algún escritor contemporáneo vivo que no residía en España? ¿Acaso no sonaba aquel término a una especie de limbo, cuyo significado no podía ser más ambiguo? ¿Cómo ubicar un país llamado exilio? ¿De qué geografía se trataba aquello? Nunca mejor dicho. Para entender aquello, se necesitaba un «mapa político», frente al «mapa mudo» tan sui géneris que se nos presentaba en los manuales, donde no se explicaba qué era aquello del exilio y por qué determinados escritores lo habitaban.
Digo esto por las noticias que recientemente incendiaron las redes sociales, que reproducían fragmentos de libros escolares que daban cuenta de los últimos días de Machado y Lorca y remitían a un limbo inexplicable, máxime porque ahora sabemos que el limbo no existe ni siquiera para la Iglesia. Decir que Machado murió en Francia, sin explicar las circunstancias que allí lo llevaron es –ya que de don Antonio hablamos– una media verdad, esto es, toda una falacia. Del poeta sevillano es esto que sigue: «¿Dijiste media verdad?, dirán que mientes dos veces si dices la otra mitad». Consignar que Lorca se murió cerca de su casa incide en lo mismo, pero aún con mayor desfachatez.

¿Nos estamos volviendo locos? ¿Qué motivos hay para que en un país con una democracia supuestamente consolidada se pretenda ocultar a la población escolar aquello que dio origen a un libro de María Zambrano titulado ‘Los intelectuales en el drama de España’? ¿Quién le iba a decir a aquel periodista y escritor excepcional, a Corpus Barga, que fue el acompañante de Machado en su marcha a Francia, que algún día los libros de texto hablarían de esta guisa con respecto a los últimos y dramáticos días de don Antonio? ¿Quién le iba a decir al propio poeta sevillano que escribió un poema memorable tras el fusilamiento de Lorca (‘El crimen fue en Granada’) que en una teórica democracia algunos libros de texto se despacharían con semejante patraña acerca de la muerte de Federico? ¿Hasta la historia de la literatura tiene que ocultar lo que el franquismo significó para los grandes literatos del siglo XX a los que exterminó físicamente o, en el mejor de los casos, los obligó a exiliarse?
Prefiero pensar que a alguien se le ha ido la mano. Prefiero creer que la editorial donde figuran estas cosas corrija sin tardar los textos.

DdA, X/2.693

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