martes, 6 de mayo de 2014

EL HIGIÉNICO PRESIDENTE DE CANTABRIA OFICIA DE INQUISIDOR

 Félix Población

Sus próximos le llaman Nacho Diego, de profesión ingeniero, presidente de Jóvenes Generaciones del Partido Popular en 1988, alcalde de la localidad de El Astillero después y desde 2011 séptimo presidente de Cantabria. En 2004 fue elegido presidente del PP en esa comunidad.

Con ese currículum sobra decir que Fernando Diego es un representante muy señalado del partido que desde hace más de dos años gobierna España y que, como tal, debería cuidar sus formas, evitando en lo posible parecerse a su compañera Esperanza Aguirre, ex-presidenta de la comunidad de Madrid, cuyo derrotero mental me alarma más cada día, sobre todo tras poner como modelo para los centros de enseñanza los clubes de fútbol, ese sucio negocio del que el domingo nos hablaron tan a fondo en el programa de Jordi Évole.

Bien, pues el presidente de Cantabria quiso hacer campaña electoral hace unas fechas, descubriendo una vez más las interioridades autoritarias y chulescas que afectan a uno más de los dirigentes del Partido Popular. Cuando debería suponerse más que esperarse el varapalo que le aguarda al PP con vistas a las próximas elecciones europeas, va Nacho Diego, ingeniero de profesión y con luenga carrera política a sus espaldas, visita un hospital público en Torrelavega -muy afectado como todos por la política de recortes aplicada por su partido- y, sin el menor atisbo de vergüenza ante quienes testimoniaron con imágenes su chulería, arranca con frenesí varios carteles de protesta que los profesionales de la sanidad tenían colocados en el centro. 

Este señor, o lo que sea, preside desde hace tres años el gobierno regional de Cantabria y no solo no es capaz de tragarse la críticas que la gestión sanitaria por parte de su partido merece en este país, sino que, como en el poema de García Lorca con la sangre de Ignacio Sánchez Mejías, no quiere verlas, acaso con la necia pretensión de anular así la vigencia y verdad de los hechos.

Los periodistas le preguntaron por qué y el chulesco Diego apela a la higiene a y su verdad, como la Santa Inquisición, pues cualquier otra verdad no existe sino la suya. Es lo propio de quien encarna aquel santo oficio en los tiempos corrientes y además hace ostentación de ello para que conste como marca de la peor España.

DdA, X/2.693

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