Lazarillo
Comparto la felicitación que de colega a colega, dejando aparte la servidumbres a menudo enlodadas de la competencia, le dedicó Ignacio Escolar, director de El Diario, a Alicia Gutiérrez, redactora de InfoLibre, periodistas ambos del desaparecido diario en papel Público, fundado y dirigido por el primero de los citados en su inicial y mejor etapa. Corresponde a Alicia el mérito de haber dado con la secreta identidad de la jueza que juzga al juez Elpido José Silva por encarcelar a Miguel Blesa, identidad que no es otra que la de haber sido consejera en la la asamblea de Caja Madrid cuando Miguel Blesa presidía esa entidad financiera. Con esa información, Escolar escribe hoy un agudo artículo en su periódico, titulado Jueza y parte, de muy necesaria y provechosa lectura. Remito el lector a El Diario para escuchar también en el correspondiente vídeo las explicaciones de la jueza y exconcejal del Ayuntamiento de Madrid por el PP al respecto:
"En 1998, un tribunal inglés anuló el voto del juez Leonard Hoffman a favor de la extradición del dictador Pinochet. ¿La razón? Que la mujer de Hoffman trabajaba como secretaria en Amnistía Internacional,
una ONG que estaba entre los denunciantes que pedían un juicio para el
tirano, y que el propio juez había colaborado gratuitamente con una
fundación relacionada con Amnistía. Eso es el Reino Unido. Esto es
España, y aquí una jueza que fue consejera en la asamblea de Caja Madrid juzgará a Elpidio Silva por encarcelar a Miguel Blesa. ¿Incompatibilidad? Bajo sus ojos, ninguna.
Las excusas de la jueza (minuto 1:30 del vídeo).
"Como cargo público no he tenido conocimiento de negocios ni hechos que
tengan relación directa o indirectamente con los hechos investigados",
afirmó la jueza en cuestión, María Tardón, que también fue concejal de Madrid por el PP y tercera teniente de alcalde bajo las órdenes de José María Álvarez Manzano.
Fue en representación del ayuntamiento cuando formó parte de la
asamblea de Caja Madrid. Ese órgano, formado por unas 300 personas, es
quien elige después al consejo de administración de la caja. Fue esa
asamblea quien mantuvo y ratificó en el cargo a ese mismo Miguel Blesa
que hoy acusa al juez Silva. Fue el partido que llevó a Tardón en sus
listas electorales, el PP, el mismo que nombró a Blesa presidente de la
caja. Es también el PP, a través su mayoría absoluta en el parlamento
autonómico madrileño y del control político sobre el Consejo General del
Poder Judicial, quien escogió a la mayoría de los jueces que componen
el Tribunal Superior de Justicia de Madrid: el tribunal que hoy juzga a
Silva por encarcelar al amigo de José María Aznar, Miguel Blesa.
¿Independencia judicial? A manos llenas.
El adecuado currículum de María Tardón es ya el único detalle que le
faltaba a un juicio que es un absoluto escándalo. No sólo por lo
pornográfico que resulta que el juez que investigó la quiebra de la caja
vaya a ser el primer condenado, igual que pasó antes con Garzón y el
caso Gürtel. También por la manera en que el tribunal ha rechazado todos
los argumentos de la defensa para pedir la nulidad, que estaban más que justificados.
Con toda probabilidad, viendo la forma y las prisas, el juez José
Elpidio Silva saldrá de este juicio inhabilitado, expulsado de la
carrera judicial. La duda es otra: ¿qué dirá el Tribunal de Estrasburgo
cuando examine una sentencia dictada por una juez tan claramente
parcial? ¿Qué pasará con este juicio cuando lo miren bajo la lupa de
Europa? "
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