Félix Población
El episodio lo escribieron
ayer dos Sorayas: la vicepresidenta del Gobierno, Sáenz de Santamaría y la portavoz
del mal llamado Partido Socialista, Rodríguez. La segunda, sirviéndose de una
información publicada en su día por el diario El Plural, acusó a la primera -portavoz
a su vez del Gobierno- de haber recibido sobresueldos de su partido en dinero
negro. Concretamente, hasta 600.000 euros.
Me parece destacable, más que la negativa en sí, la forma de negarlo que tuvo ayer la vicepresidenta, pues tal parece
que en la mismísima cúpula del Gobierno se impone el lenguaje chulesco de la
exlideresa Aguirre, contrario a la esmerada educación cristiana que tanto una como otra debieron haber recibido: “”En mi puta vida he cobrado un sobre”, dijo doña Soraya. No lo hizo desde la tribuna o desde su escaño, no, pues allí se
limitó a eludir la contestación, sino en los corrillos que le hicieron los
periodistas en busca de mayor información.
El hecho de que haya cambiado los
términos de la respuesta -sobres en lugar de sobresueldos- es muy
significativo, pues en la noticia publicada por el mencionado periódico electrónico se especificaba, tras un análisis año por año de los ingresos de la mentada, que la
“puta vida” de la señora Sáenz de Santamaría -tan dada a la exhibición de peineta y mantilla en determinados eventos religiosos-, queda expuesta en estas cifras: En 8
años, entre el 2004 y el 2011, la “popular” Soraya recibió 1.200.000 euros por
su carrera política: la mitad, de su sueldo como diputada, y el resto, casi
600.000 euros, por vía de sobresueldos del PP.
Falta por saber, tal como indica
El Plural, si la actual vicepresidenta informó al Congreso de los Diputados de
esos ingresos extras que le estaba dando el partido. De no haberlo
hecho, la vicepresidenta estaría siguiendo los pasos del exministro Cañete, que
no declaró la vinculación de su empresa con la administración. Fue esto último precisamente
lo que motivó ayer la intervención de la portavoz socialista para tachar al
Ejecutivo de ser “un Gobierno de mentirosos”. Limitarse a decir esto el día en que supimos que la gestión gubernamental ha incrementado en más de un millón la cifra de parados desde que administra el Estado, denota -por harto sabido y sufrido por los ciudadanos- la deplorable blandura del PSOE en estos dos últimos años como partido opositor.
DdA, X/2.690
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