Félix Población
Como consecuencia, una vez más, de la impresentable actitud del director de Periodista Digital, Alfonso Rojo, en el debate que tuvo lugar el pasado sábado en La Sexta Noche en torno a la memoria histórica, Pablo Iglesias denunciará a Rojo por insultos. Iglesias ha dado a conocer esa decisión ayer en su cuenta de Twiter porque nos merecemos un periodismo decente y por respeto a la ciudadanía.
De nada valieron, en el programa mencionado, las intervenciones del moderador del mismo para que Rojo eludiera ese tipo de ataques personales, consistentes en esta ocasión en llamar chorizo y mangante a Iglesias por cobrar -según él- del régimen de los ayatolás iraníes o de la "dictadura venezolana que está asesinando gente en sus calles". Una vez más, tal como hiciera en el propio medio que dirige Alfonso Rojo, Pablo Iglesias rebatió una por una esas falacias, haciendo gala de una flema y educación cívica sorprendentes ante la vehemencia e insidia de su adversario dialéctico, que ya hace casi dos meses se mostró igualmente crispado exponiendo similares argumentos, equivalentes a los del oro de Moscú que con tanto frenesí manejó la dictadura franquista contra sus adversarios.
No sé en qué parará la denuncia de Iglesias y cómo se podrán encauzar las obsesiones enfermizas de Rojo con lo que pueda o no pueda ganar el líder de Podemos por su valiosa cualificación, ya sea como profesor universitario o como opinador y comunicador, pero está claro que la tertulia de La Sexta Noche perdería mucho de su interés sin la presencia de Pablo, mientras que la ausencia del director de Periodista Digital sería inapreciable en ese sentido. Es más: me pregunto si no hay en la derecha mediática profesionales de más altura y hondura para el diálogo civilizado que los que presenta La Sexta Noche cada semana, que además parecen tener la exclusiva pues participan en otros espacio similares de otras televisiones.
Como ya consigné en otras ocasiones, es de temer que ese programa busca más el espectáculo para una audiencia fácil -aunque sea tan burdo como el ofrecido en su última edición- que el debate inteligente de ideas, con la voces y los modales a tono con la libertad de exposición y réplica, sin interrupciones ni ofensas personales. Así las cosas, ¿de qué nos extraña que a estas alturas nos salga un Tejero junior celebrando hace unas semans con su padre, en un cuartel de la Guardia Civil, la gesta del 23-F? El esperpento sigue porque se ceba.
Puntos de Página
+@Más contenido para cebar el esperpento en Periodista Digital.
+@Interior calla sobre las posibles sanciones al hijo de Tejero.
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DdA, X/2.649
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