Lazarillo
A la religiosa Lucía Caram, que reside en un convento de Manresa, le llueven los seguidores en Twiter desde que ha tenido el valor y la sinceridad de resumir en 140 caracteres lo que tan bien explica con más detalle en una entrevista con relación a la reforma de la Ley de Aborto proyectada por el gobierno de Mariano Rajoy, que nos retrotrae más allá de treinta años, porque el PP no es un partido conservador, es un partido regresivo: "Yo
estoy a favor de la vida siempre. El aborto siempre es un fracaso y la
mujer que llega a esta situación siempre lo experimenta así. Pero yo
nunca condenaré a una mujer o a una pareja que lo decida. Estar
embarazada es una cuestión de dos. Habrá casos en que lo decida la mujer
sola y otros muchos en que sea la pareja. Tenemos que ser respetuosos y
que la mujer no sea la única que cargue con toda la responsabilidad.
Habrá que buscar facilidades para las personas que quieran tener un
hijo. Pero quienes tomen libremente la decisión tienen que ser las
personas. La Iglesia no puede meterse ahí. Ni siquiera Dios, que por
algo nos hizo libres. La Iglesia no tiene nunca que imponer su ética de
máximos a la sociedad. Tiene que haber una ética de mínimos común a
todos los ciudadanos. La Iglesia podrá marcar pautas a quienes
libremente han asumido abrazar la fe dentro de esta comunidad, pero no
tiene derecho a presionar ni a obligar a nadie a que se tomen medidas en
función de unos valores religiosos. Hay que separar la religión de la
política, acompañar a la gente, formar las conciencias y volver al
Evangelio, donde hay muy pocas cosas mandadas y prohibidas". Sigue la entrevista aquí.
DdA, X/2.604
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