viernes, 6 de diciembre de 2013

MANDELA Y CUBA


Lazarillo

Aunque en otros medios se ha silenciado o pasado muy por alto la amistad entre Nelson Mandela y Fidel Castro, justo es reconocer hoy que el diario El País sí ha informado de la misma, tal como se reconoce internacionalmente. Esto es lo que se dice en la crónica que el corresponsal de periódico en Buenos Aires, Francisco Peregil, escribe desde la capital argentina con relación a los lazos entre el líder sudafricano fallecido ayer y el líder de la revolución cubana: "Hay asociaciones de derechos humanos en toda Latinoamérica que llevan el nombre de Mandela. Pero el país donde más huella dejó, donde más afinidades afectivas mantuvo fue Cuba. Y la persona con quien más a gusto se encontró fue Fidel Castro. En 1991, pocos meses después de su salida de la cárcel, Mandela visitó Cuba. Recibió críticas dentro y fuera del país, pero hizo caso omiso de ellas. Hay un vídeo del encuentro entre los dos líderes en el que se ve a Mandela abrazando a Castro, llamándole “mi hermano”, Castro vestido de traje y corbata y Mandela expresándose en inglés y una traductora sumamente expresiva vertiéndole a Castro las palabras de Mandela en español". Fue Cuba el país que más ayudó a Mandela a terminar con el apartheid, mientras su nombre figuraba en Estados Unidos en las listas de terroristas internacionales.

CARTA DE FIDEL A MANDELA
Es probable que en las próximas horas se haga público en la prensa cubana un escrito
de Fidel Castro sobre la personalidad de Nelson Mandela, dada
la amistad que los unía y a pesar de los recientes rumores acerca
de un posible empeoramiento de la salud de Castro, rumores que siempre llegan a través de las mismas e interesadas fuentes desde que el líder de la revolución cubana enfermó. Mientras no se dé a conocer esa reflexión de Castro sobre su fallecido amigo, bien está recordar la carta que le remitió hace tres años. 
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Viejo y prestigioso amigo, cuánto me place verte convertido y reconocido por todas las instituciones políticas del mundo como símbolo de la libertad, la justicia y la dignidad humana.
Te convirtieron en trabajador forzado en las canteras, como hicieron con Martí cuando tenía 17 años.
Sólo estuve en la prisión política menos de dos años, pero fue tiempo suficiente para comprender lo que significan 27 en las soledades de una prisión, separado de familiares y amigos.
En los años finales de tu martirio, tu Patria, bajo la tiranía del Apartheid, fue convertida después de la Batalla de Cuito Cuanavale en instrumento de la guerra contra los combatientes internacionalistas cubanos y angolanos que avanzaban sobre la ocupada Namibia. Nadie podía ocultarte las noticias de la solidaridad que el pueblo, bajo tu guía, despertaba entre todas las personas honestas de la tierra.
Entonces, como hoy, el enemigo estaba a punto de dar un zarpazo nuclear contra las tropas que, en ese caso, avanzaban contra el sistema odioso del Apartheid.
Nunca nadie fue capaz de explicarte de dónde salieron y cuándo se llevaron aquellos instrumentos de muerte.
Visitaste nuestra Patria y te solidarizaste con ella, cuando todavía no eras Presidente de Sudáfrica elegido libremente por el pueblo.
Hoy la humanidad está amenazada por el mayor riesgo en toda la historia de nuestra especie.
Ejerce toda tu inmensa fuerza moral para mantener a Sudáfrica lejos de las bases militares de Estados Unidos y la OTAN.
Amigos ayer del Apartheid, hoy compiten cínicamente por simular amistad.
Los pueblos de África que sobrevivan a la catástrofe nuclear que se avecina, necesitarán más que nunca los conocimientos científicos y los avances de la tecnología sudafricana.
La humanidad aún puede preservarse de los golpes demoledores de la tragedia nuclear que se aproxima, y la ambiental que ya está presente. Fraternalmente, Fidel Castro Ruz, julio 18 de 2010.

DdA, X/2.560

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