lunes, 16 de diciembre de 2013

MAGISTRAL DISCURSO DE GARCÍA LINERA EN EL CONGRESO DE LA IZQUIERDA EUROPEA

Félix Población
El discurso del vicepresidente de Bolivia Álvaro García Linera en el reciente Congreso de la Izquierda Europea dura poco más de media hora, pero pocas veces se puede decir tanto y de forma tan precisa acerca de las circunstancias geopolíticas y sociales que vive el planeta a cuenta del neoliberalismo depredadador o de la que él calificó de vorágine depredadora del capitalismo contemporáneo. 
Incia su alocución García Linera con una reflexión sobre esa Europa que languidece, abatida, ensimismada, sastisfecha de sí misma y a la par apática y cansada, víctima de la Eropa de los mercados y en contra de aquella Europa de las luces, las revoluciones y los grandes universalismos que moviera el mundo. Para el vicepresidente boliviano es preciso que la izquierda no se limite a la denuncia y el diagnóstico de ese capitalismo depredador cuya lógica neoliberal consiste en la expropiación de la riqueza común y de las fuerzas productivas de forma parasitaria. La izquierda ha de tener voluntad de poder y luchar por un nuevo sentido común revolucionario. 
También se necesita recuperar, según García Linera, el concepto de democracia, que más allá de lo institucional o de la democracia fosilizada, debe tener un sentido vivo marcado por la creciente participación en la administración de los bienes comunes, tal como se ha hecho en Bolivia a partir de la recuperación de ese patrimonio básico que es el agua. La izquierda debe luchar asimismo por los derechos universales al trabajo, la educación y la salud, y conseguir una relación metabólica entre el ser humano y la Naturaleza. 
Entre las cinco sugerencias que planteó el vicepresidente de aquella república plurinacional, reivindicó Álvaro García Linera la dimensión heroica de la política en el sentido hegeliano, de forma que la política reconstruya la esperanza de los pueblos. Para eso es preciso apelar desde la izquierda a la lógica unificadora de Gramsci y evitar las peleas de capilla. No nos dejen solos, concluyó García Linera en relación a esa Europa que mira en la distancia a los países latinoamericanos que han abierto con gobiernos de izquierda nuevos cauces en sus derroteros de progreso, cultura y justicia social: "Necesitamos a una Europa que nuevamente vuelva a alumbrar -concluyó García Linera- el destino de continente y el destino del mundo".

DdA, X/2.570  

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